Entre la sierra y la costa, en el corazón de las Rías Baixas, Terras de Pontevedra espera paciente tu visita para ofrecerte todo aquello que la hace tan especial. Arte rupestre, hórreos que miran al mar, playas de arena fina, espacios protegidos, y pueblos marineros y de interior que se articulan alrededor de la ciudad del Lérez.
Pontevedra, Poio, Marín, Ponte Caldelas, Cotobade, Campo Lameiro y Vilaboa. Estos son los ayuntamientos que conforman este diverso geodestino gallego por el que discurre el Camino Portugués a Santiago. Una atractiva mancomunidad turística que te presento a través de seis propuestas que aúnan cultura, sorprendentes paisajes y un patrimonio gastronómico que apenas necesita presentación. Comenzamos.
Índice de contenidos
- 1 Ruta de los petroglifos: arte rupestre en Terras de Pontevedra
- 2 Combarro y sus hórreos que miran al mar
- 3 Salinas de Ulló, la gran sorpresa de Terras de Pontevedra
- 4 Las playas de Terras de Pontevedra
- 5 Pontevedra, boa vila
- 6 El puerto de San Adrián de Cobres
- 7 Cómo llegar y dónde dormir en Terras de Pontevedra
Ruta de los petroglifos: arte rupestre en Terras de Pontevedra
¿Sabías que en esta región se encuentra una de las mayores concentraciones de arte rupestre de Europa? Así es y por ello te recomiendo reservar un hueco en tu agenda para realizar un viaje al pasado que te permitirá conocer el legado de sus antiguos pobladores: la ruta de los petroglifos.
El mejor punto de partida para adentrarte en el fascinante mundo de estos grabados en piedra, característicos de la Edad de Bronce, es el Parque Arqueológico de Arte Rupestre Campo Lameiro. Tras aprender a identificarlos y ahondar en los misterios que encierran en su centro de interpretación, podrás recorrer un itinerario de más de 3 kilómetros al aire libre en el que destacan multitud de grabados figurativos como la Piedra de los Caballos, considerado el mejor petroglifo de Galicia. Conocer cómo era un poblado prehistórico, aprender a hacer fuego o adentrarte en un laberinto tridimensional que recrea uno de los símbolos más característicos de los petroglifos de Mogor son algunas de las experiencias que te esperan en Campo Lameiro, la «capital gallega del arte rupestre”.
Si quieres ver estos motivos circulares a tamaño real, solo tienes que acercarte hasta Marín y visitar los Laberintos de Mogor, parada imprescindible en esta ruta por sus representaciones en piedra y por las bonitas vistas de la ría de Pontevedra que desde aquí se divisan.
La historia que guardan estos valles también se hace presente en el Área Arqueológica de Tourón, con destacadas estaciones rupestres de finales del Neolítico, y en el Centro Arqueológico de A Caeira cuyos grabados zoomorfos y geométricos coinciden en tiempo con los de Campo Lameiro.
Si tienes previsto realizar esta ruta en familia, puedes descargar esta guía infantil en la que Petra, una niña de la Edad del Bronce, recorre los lugares más significativos del patrimonio rupestre de Terras de Pontevedra. Los ya mencionados y otros no menos interesantes como los petroglifos de Viascón, Fentáns, Chan dos Areeiros y Salcedo. Escenas de caza, ciervos, caballos, espirales, laberintos e ídolos ocultos diseminados en plena naturaleza. ¿Quién se resiste a pasear por los mismos caminos que pisaron nuestros antepasados hace más de 4.000 años?
Combarro y sus hórreos que miran al mar
Hórreos que se asoman a la ría jugando con la marea, piedra, teja, madera, cruceiros, casas marineras y viejas historias de meigas. Así es el escenario que envuelve Combarro, un pequeño pueblo costero, declarado Conjunto de Interés Artístico y Pintoresco en 1972, que enamora nada más pisarlo.
La imagen que buscas está en la playa de Pinela, con su encantador desfile de hórreos y sus vistas a la costa de Poio y Marín. Fotografíalos cuanto quieras pero deja que tus pasos te lleven también al centro histórico de esta perla de las Rías Baixas. Callejea por la Rúa de San Roque, detente en rincones como la Praza da Fonte o A Rúa Cega, admira la arquitectura de sus antiguas viviendas… Sin prisa, sin mirar el reloj. No olvides que estás en una de las villas pesqueras más hermosas de Galicia. ¿Una buena opción para comer? El restaurante Leucoiña, variada carta, buen servicio y con la ría de Pontevedra y el perfil de la isla de Tambo como un comensal más (Rúa do Mar, 33).

Salinas de Ulló, la gran sorpresa de Terras de Pontevedra
Muy cerca de Combarro, en Vilaboa, donde montaña y litoral se dan la mano, se encuentra uno de los enclaves más sorprendentes de Terras de Pontevedra. Te hablo de las Salinas de Ulló. Ha llovido mucho desde que el Colegio de los Jesuitas de Pontevedra comenzara a explotarlas en 1694. Es más, de su antiguo molino de mareas, uno de los pocos que había en Galicia, solo quedan los restos de sus compuertas. Vestigios de otro tiempo que se perdieron pero que no merman su belleza paisajística.
Recorrer su perímetro, saltando entre diferentes ecosistemas como el bosque de ribera, las marismas de aguas salobres o la ensenada de San Simón, y pasear por sus muros de piedra, mientras tratas de avistar su rica fauna avícola, supone ganarle a la vida unas horas de paz en un entono protegido que ha sabido preserva su biodiversidad.
Aprovechando tu paso por Vilaboa, sube hasta el Mirador de Cotorredondo. La recompensa, unas magníficas vistas que abarcan las rías de Arousa, Pontevedra, Vigo y la isla de San Simón.
Las playas de Terras de Pontevedra
Sea cual sea tu tipo ideal de playa, en Terras de Pontevedra te esperan algunos de los mejores arenales de las Rías Baixas. En la costa sur, por ejemplo, el litoral de Marín discurre entre playas recogidas y semi urbanas entre las que destacan Santo del Mar, Portocelo, perfecta para personas con movilidad reducida, Mogor, frecuentada por los amantes de los deportes náuticos, y la escondida Lapamán que comparte sus tranquilas y cristalinas aguas con Bueu.
Por su parte, en los 20 kilómetros de la costa de Poio, encontrarás playas rurales como Laño o ubicadas en entornos forestales como Cabeceira o Lourido. ¿Una recomendación? Acércate a esta última, también conocida como playa da Polvoreira. En este pequeño arenal, resguardado del viento y rodeado de vegetación, contemplé uno de los atardeceres más bonitos que me regaló Terras de Pontevedra. Tampoco pases por alto las playas de Pousada y de Deilán, dos extensos arenales situados en el municipio de Vilaboa.
Hablando de playas, déjame presentarte una muy especial, A Calzada, la primera playa fluvial con bandera azul de Galicia. Una zona de baño en la que el río Verdugo, tras adornar con sus riberas la villa de Ponte Caldelas, se remansa rodeado de robles, castaños y abedules y que, una vez más, pone de manifiesto la diversidad de paisajes de esta mancomunidad.
Pontevedra, boa vila
Pontevedra, con su serena belleza, es mucho más que una pequeña capital de provincia. Es una ciudad viva, en la que todo queda a mano, que sucumbe al terraceo cuando el tiempo y el orballo lo permite en plazas como la de la Verdura, la de la Leña, Teucro, Ferrería o en Méndez Núñez, en la que Valle-Inclán vigila el paso de peregrinos, turistas y lugareños. Una ciudad que nos invita a dar un paseo a la vera del río Lérez, a recorrer los puestos del siempre animado mercado de Abastos y, sobre todo, a perdernos por las calles de su casco histórico en busca de un pasado medieval, muy bien conservado, que aparece en cada esquina. En sus casas populares y en las de rancio abolengo coronadas por blasones, en sus pazos, en sus museos y en hitos religiosos de este Conjunto Histórico-Artístico como la Basílica de Santa María la Mayor, el Convento de San Francisco o la iglesia de la Virgen Peregrina, emblema del Camino Portugués. Ya lo dice el dicho popular: «Pontevedra é boa vila. Ninquén a ve que n’o diga.”
¿Cuatro propuestas para hacerla un poco tuya?
- Desayunar entre pinturas, espejos y pilares de hierro en el entrañable Café Moderno, orgullo de los pontevedreses donde solía citarse la flor y nata de la intelectualidad gallega (Plaza San José, 3).
- Comprar un souvenir gastronómico, léase quesos, mermeladas, embutidos y demás productos de kilómetro 0, en A tenda da Gata, una tienda que aboga por el consumo responsable y la materia prima local (Peregrina, 22).
- Probar el delicioso pulpo á feira y las carnes a la parrilla de la Pulpería y Churrasquería Peregrinus (Profesor Filgueira Valverde, 10).
- Tomar un vino en la popular taberna La Navarra, testigo fiel de la historia de Pontevedra desde 1925 (Princesa, 13)
El puerto de San Adrián de Cobres
El protagonista de mi última recomendación es el pequeño y tranquilo puerto de San Adrián de Cobres, situado a tan solo 15 minutos de Pontevedra, en un pintoresco paraje de la ensenada de San Simón. Si, como yo, no tienes la suerte de tener el mar cerca, disfrutarás siguiendo con tu mirada el vaivén de las olas, viendo el trajín de barcos que salen cada mañana hacia las bateas donde cultivan mejillones, dejando que el olor de la ría inunde tus pulmones. En esta preciosa postal marinera, pintada de verde y azul, que encuentra en el murmullo de la brisa y en el tintineo de las embarcaciones atracadas en su marina su mejor banda sonora.
Para tratar de alcanzar mi objetivo, que no es otro que animarte a descubrir esta sorprendente región, te dejo con un vídeo que resume mejor que yo lo narrado: nuestro paso por #TerrasdePontevedra.
Cómo llegar y dónde dormir en Terras de Pontevedra
Por carretera: El acceso a Pontevedra se puede realizar por la AP9 que vertebra la Galicia costera de norte a sur. Otra opción es la autovía de las Rías Baixas (A-52) que comunica Pontevedra con la meseta central y Madrid. La estación de autobuses, que conecta con las principales ciudades españolas, está situada en el centro de la ciudad (Rúa da Estación, s/n).
En tren: Hay diferentes conexiones entre Pontevedra y Vigo, Santiago de Compostela, A Coruña y Ourense, así como líneas que enlazan con Madrid, Barcelona, León, Irún, Ponferrada y Portugal.
En avión: Pontevedra no tiene aeropuerto. Los más cercanos son el de Vigo (Peinador) situado a 30 km. de la capital, Santiago de Compostela (Lavacolla) a 59 y A Coruña (Alvedro) a 110 km.
¿Dos opciones de alojamiento en Pontevedra? Hotel Rúas, situado en plena zona monumental. Sencillo, funcional y con un servicio de desayunos muy completo (Sarmiento, 20). Slow City Hostel, también en el casco histórico. Acogedor, con zonas comunes muy cuidadas y enfocado al intercambio social y cultural entre sus huéspedes, muchos de ellos peregrinos (Amargura, 5).
Más información: Web de Terras de Pontevedra
El próximo viaje a Pontevedra. Me has convencido.
Genial, Luis. Objetivo cumplido 😉
Apenas conozco Galicia y tu propuesta de Terras de Pontevedra me ha parecido interesante. Gracias por compartirla
Gracias a ti por pasarte por mi rincón viajero, Luisa. Un saludo