Acabo de volver de Italia y ya la echo de menos. Será por la proximidad geográfica, por el carácter mediterráneo que compartimos, por la historia que cuenta cada una de sus ciudades, por su gastronomía… No lo sé. Lo único cierto es que en Italia me siento como en casa. ¿Por qué no decirlo? La bota de Europa que me tiene completamente enamorada desde que puse por primera vez mis pies en ella con diecisiete añitos.
Estos días que he pasado recorriendo la provincia de Forlì-Cesena en el #buonvivere blog tour no han hecho sino confirmármelo. Gracias a mi anterior viaje a Cesenatico, ya conocía un pedacito de la costa de Emilia-Romagna. Ahora ya sé qué secretos guarda en su interior.
A nivel personal puedo decir que este viaje también ha sido todo un descubrimiento. Como ya comenté en mi anterior post, he tenido la inmensa suerte de compartir esta experiencia con grandes blogueras de viajes de las que he aprendido muchísimo. Como personas y como grandes profesionales de la comunicación viajera. También me ha servido para darme cuenta de que mi inglés es bastante mejor de lo que me temía y de que debo seguir aprendiendo italiano porque es un idioma que me encanta.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Penny Sadler, Alessandra Catania, yo, Cacinda Maloney, Lanora Mueller, nuestra guía en Cesena, Catherine Sweeney y Megan Smith.
¿Qué he hecho durante estos cinco días? Además de visitar preciosas ciudades como Cesena y Forlì y descubrir rincones llenos de encanto como la pequeña Dovadola, he tenido tiempo para comprobar en primera persona la esencia del buen vivir. Son muchas las actividades que hemos realizado. Buena parte de ellas relacionadas con el mundo de la gastronomía y el vino -que trataré en un futuro artículo-, pero también otras que he decido englobar bajo el epígrafe de mens sana in corpore sano.
Como la experiencia termal que los organizadores de la Settimana del Buon Vivere nos tenían preparada en las Terme della Fratta de Bertinoro. Tras una larga jornada de viaje, con madrugón incluido para coger el avión, te aseguro que disfrutar de su circuito termal y de sus instalaciones fue algo absolutamente reparador. O como la sesión de entrenamiento que llevamos a cabo en el cuartel general de Technogym -empresa líder en el campo del wellness y el fitness-, con un entrenador personal que, todo hay que decirlo, fue muy benevolente con nosotras. Incluso realizamos un taller de belleza en el que aprendimos a crear una crema limpiadora utilizando solo productos bio-ecológicos en la tienda de Bella Bio de Forlì.
¿Un viaje de chicas y para chicas? Exacto. El tema central de este año de la Settimana del Buon Vivere era el papel de las mujeres para construir un mundo mejor y confiaron en nosotras para difundir que, verdaderamente, en estas tierras son expertos en el arte de saber vivir.
No puedo concluir este resumen inicial sin mencionar el que para mí fue uno de los momentos más auténticos de este blog tour. La tarde que conocí a Luigi Foscolo Lombardi. Los que me conocéis ya sabéis que, si tengo que escoger entre un monumento espectacular y una buena historia, siempre elegiré lo segundo. Y es que para mí, sin duda, lo mejor de un viaje es la gente que te encuentras en el camino.
Este hombre, lutier de profesión y vocación, construye y restaura instrumentos musicales en La Bottega del Legno, su taller de Dovadola. Este espacio, fundado por su abuelo en 1897, es un lugar mágico en el que el tiempo parece haberse detenido. Mires donde mires, ves obras terminadas y otras a medio hacer, violines y contrabajos, herramientas, y listones y tablas de madera. Con su voz pausada y sus manos de artista experimentado, nos mostró su trabajo, tocó para nosotras y nos regaló deliciosos pensamientos como que para construir un buen instrumento hay que saber escuchar a la madera.
También nos relató una de esas historias que consiguen calarte hasta los huesos. Su padre, cuando estaba detenido en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, fue capaz de construir un violín con los pocos medios que tenía a su alcance. El cuerpo con unos trozos de madera, el arco, con una vieja sombrilla. Los oficiales lo destruyeron en numerosas ocasiones hasta que el sonido de sus notas llegó a oídos del general al mando. Él, otro enamorado de la música, sí supo valorar su arte y le suministró una camioneta llena de herramientas y madera para que siguiera con su trabajo. ¿El resultado? Logró crear 45 instrumentos y formar una pequeña orquesta que no entendía de barrotes, alambradas ni nacionalidades.
Con las palabras de Luigi resonando todavía en mi cabeza, acabo la primera entrega de mis andanzas en Forlì-Cesena. Espero haber despertado en ti las ganas de saber más sobre esta provincia italiana que me ha dejado tan buen sabor de boca.
Nota: durante este blog tour nos alojamos en el Centro Residenziale Universitario de Bertinoro, un imponente conjunto monumental situado en la cima de esta bonita localidad. Nuestras habitaciones estaban situadas en el Ex-Seminario Vescovile, un antiguo convento del siglo XVIII completamente restaurado. Y, sí, antes de que me lo preguntes, teníamos wi-fi gratuita.
Your photos capture so well many of our trip highlights. Love the feet photo, too! It was a very special experience and so nice to share it with you and our other Buon Vivere women.
My thoughts exactly. Thanks for reading!
Ese viaje de chicas lo pueden leer los chicos, jaja…. Italia es para enamorarse, desde luego!! 🙂
Jajaja… Por supuesto, Fran. La Settimana del Buon Vivere de este año ha estado dedicada al papel que juegan las mujeres en el mundo y por eso este blog tour ha sido íntegramente femenino. Un saludo!
Alguna cosa leí por redes sociales y ahora en el post se reafirma la idea que tenía… de Italia no te cansas!
Me ha gustado mucho la historia de Luigi Foscolo. Yo soy como tú, de historias que llegan al corazón.
Quedo esperando que nos cuentes más.
Un besote 😉
Me alegra que te haya gustado la historia que nos contó el lutier, a mí me puso la piel de gallina. Y sí, tienes toda la razón: es imposible cansarse de Italia. Un beso 🙂
Me pasa lo mismo, en Italia es un país donde me siento realmente cómodo, no es el típico que aunque te guste mucho, cuando vuelves a España, piensas que bien se está de vuelta a casa.
Tengo pendiente hacer una ruta en coche por Italia y la verdad que esta zona es realmente bonita 🙂
Un saludote!
Yo no podría haberlo expresado mejor, José Carlos. Si al final haces esa ruta en coche, incluye en el itinerario esta provincia porque a pesar de no ser muy conocida vale mucho la pena. Un saludo!
Vaya pinta más buena, Alícia! Esas uvitas, ñam ñam 🙂 Una zona más que atractiva! A ver si algún día puedo ir a visitarla.
Un abrazo!
Ojalá tengas ocasión de hacerlo, Eva. La provincia de Forlì-Cesena me ha dejado muy buen sabor de boca y no solo por su gastronomía. Un abrazo!
¡Cómo mola! Nosotros conocemos un poquito de esa zona, ya que hace unos años visitamos Bolonia, y la verdad es que nos encantó. Se nota que has vivido unos días inolvidables y que has vuelto cargada de historias para contar. Estaremos muy atentos, pues realmente nos interesa mucho 🙂 Besotes!
Pues yo con Bolonia tengo una gran cuenta pendiente. Las dos veces he estado de pasada y me queda muchísimo por ver. Y sí, tengo mucho que contar sobre Forlì-Cesena. Un abrazo, pareja viajera!
Según estaba leyendo tus impresiones en el blog tour, me estaban entrando unas ganas locas de ir y conocer en primera persona todas las experiencias que habéis vivido. ¡Qué pena no haber podido estar allí al final! ¡Pero con tus post recorro Cesena y sus encantos! 🙂
Gracias, Sara. La verdad es que ha sido una pena que no hayas podido acompañarnos en esta segunda aventura por Forlì-Cesena. Aún así te teníamos muy presente. Un abrazo!