A medio camino entre las cumbres del Pirineo y la combinación de huertos y horizontes agrestes de la Ribera, encontramos Tierra Estella, una merindad de la llamada Zona Media que resume lo mejor de Navarra. La biodiversidad y riqueza de sus espacios naturales, encantadores pueblos que demandan una escapada rural, peregrinos que se dirigen a Santiago, potente gastronomía… Motivos más que suficientes para emprender un viaje a esta comarca a los que se suma la hospitalidad de su paisanaje. Gente amable y orgullosa que conoce bien lo que tiene y no vacila al alabar su territorio y sus recursos.
Un rincón navarro, no tan conocido como se merece, en el que podrás sentir el valor de lo auténtico y que te muestro para que le reserves un hueco en tu agenda viajera. Tierra Estella lo merece.
Índice de contenidos
- 1 El Camino de Santiago a su paso por Tierra Estrella
- 2 Estella-Lizarra, la ciudad nacida al calor de la ruta jacobea
- 3 El Nacedero del Urederra, la joya natural de la Sierra de Urbasa
- 4 Los Cristinos, una de las cuevas más hermosas de Tierra Estella
- 5 Sal y miel: ecoturismo en Tierras de Iranzu
- 6 Descubre el diamante negro de la cocina en el Museo de la Trufa
- 7 Tierra Estella, tierra de buen comer
El Camino de Santiago a su paso por Tierra Estrella
Cuesta creer que los peregrinos, llegados de cualquier punto del planeta, conozcan casi mejor que nosotros el gran potencial de Tierra Estella. Los encuentras en todas partes, en solitario o en un grupo, mapa en mano y preguntándose si una iglesia es visitable. Se han informado bien y saben que recorrer la ruta jacobea es una de las mejores propuestas para descubrir Lizarraldea.
Por eso no dudan en detenerse en hitos del tramo estellés como el Monasterio Cisterciense de Santa María de Irantzu en Abárzuza, o en el de Iratxe, la joya de Ayegui, población también conocida por Montejurra, una montaña que nos regala unas magníficas vistas de esta comarca. Tampoco pasan por alto la monumental Viana, la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río o Los Arcos, villa señorial que destaca por los retablos e imaginería de su iglesia de Santa María. Todo ello reservando al menos un par de días para descubrir Estella-Lizarra, cabecera de esta merindad y una de las paradas más importantes del Camino de Santiago por su dilatada historia y su patrimonio.
Estella-Lizarra, la ciudad nacida al calor de la ruta jacobea
En el siglo XV se la conocía como «Estella la bella». Ahora, como «la Toledo del norte». Acertado sobrenombre para una ciudad de aire medieval nacida por y para el Camino que se asienta en un gran meandro del río Ega. Basta con perderse por las empedradas calles de su casco histórico para comprender a qué responden tantos halagos. Iglesias, palacios, conventos, casas señoriales, puentes y una destacada judería se dan cita aquí, en el final de la quinta etapa del Camino Francés.
El románico civil del palacio de los Reyes de Navarra, el puente del Azucarero o el de la Cárcel, el antiguo ayuntamiento, los viejos arcos góticos que antaño flanqueaban tiendas y hospederías, el arte jacobeo que envuelve la Iglesia de San Pedro de la Rúa cuya importa también se refleja en la iglesia de San Miguel y en el Santo Sepulcro, la basílica de Nuestra Señora del Puy… Estella-Lizarra es pasado, sí, pero también presente. Un presente que se vive en la calle Mayor, en la plaza de los Fueros -lugar de encuentro de los estelleses-, en sus bares y restaurantes, y en comercios de toda la vida que hacen de este importante jalón del Camino de Santiago un destino estrella.

El Nacedero del Urederra, la joya natural de la Sierra de Urbasa
Los roquedos de la Sierra de Lóquiz, las fértiles tierras de la Ribera nacidas al amparo del Ebro, los valles de Yerri y Guesálaz o playas fluviales como la de Artavia son solo algunos ejemplos de la variedad paisajística de Tierra Estella. Una explosión de la naturaleza que se hace aún más patente en la Sierra de Urbasa donde, tras recorrer un sendero de escasa dificultad, encontraremos uno de los parajes más espectaculares de Navarra: el Nacedero del Urederra.
Los que ya conocen esta reserva natural destacan el color turquesa de sus aguas, un caudal que se precipita en impresionantes cascadas y pozas rodeado de un fondo rocoso de paredes abruptas. En este sorprendente escenario, que por si solo justifica desplazarse hasta esta comarca, las horas pasan como minutos. Escuchando el murmullo del agua, viendo cómo la luz se filtra entre las hojas de los árboles, deteniendo el paso en sus miradores, tratando de avistar un buitre o un milano real…
Con el fin de preservar esta joya natural, integrada en el Parque Natural de Urbasa-Andía, se ha limitado el aforo diario por lo que te aconsejo que reserves tu entrada online.
Este sendero es solo uno de los 35 itinerarios que discurren por Tierra Estella. Otras opciones son la Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, el embalse de Sota, el hayedo de Lezáun o la Sierra de Cábrega.
Además de senderismo, en Urbasa podrás realizar otras actividades como escalada, bicicleta de montaña, paseos a caballo, esquí de fondo, piragüismo, parapente o espeleología ya que el fenómeno kárstico se muestra con especial rotundidad en esta zona.
Los Cristinos, una de las cuevas más hermosas de Tierra Estella
Como en todo el territorio navarro, Tierra Estalla también cuenta con un buen número de simas y cuevas, como Basaura, Tximua, Akuandi, Laminatitur o Noriturri, que se adentran en las entrañas de Urbasa. Si nunca has practicado espeleología y quieres iniciarte en este mundo tan apasionante, te recomiendo escoger la Cueva de Los Cristinos ya que además de ser un descenso sencillo está considerada unas de las cuevas más bonitas de Tierra Estella.
No es para menos. Estalactitas, estalagmitas, coladas, columnas, caprichosas formas tejidas por el agua, un espectacular lago que revela su belleza a la luz de las linternas… Es lo que hallarás en esta maravilla subterránea cuyo nombre se remonta a la guerras carlistas puesto que aquí parece ser que los soldados carlistas arrojaron a los monárquicos cristinos tras fusilarlos.
Para admirar los secretos que esconde no es necesario ser un experto ni tener una gran preparación física. Tan solo ponte, como hice yo, en manos de los guías de Urbasa Abentura, una empresa de turismo activo ubicada en Larraona, y vive una experiencia que difícilmente olvidarás en el Valle de Améscoa.
Sal y miel: ecoturismo en Tierras de Iranzu
Otra buena opción para conocer a fondo esta comarca la encontramos en Tierras de Iranzu, una marca turística que engloba los municipios de Abárzuza, Lezáun, Salinas de Oro y los valles de Yerri y Guesálaz. Con el objetivo de implantar un turismo rural sostenible que resalte la cultura y tradiciones que perviven en sus pequeños pueblos, este destino nos propone una serie de actividades de ecoturismo que muestran el acervo artístico, gastronómico y paisajístico de sus valles. Visitas guiadas a bodegas, queserías o ganaderías, windsurf, piragüismo, rutas verdes…
En Salinas de Oro, por ejemplo, podemos visitar la Salinera Gironés, una de las escasas producciones artesanales de sal con agua de manantial que permanecen en activo. Sus productos estrella son la sal-oro, la flor de sal y las escamas. Sales únicas que contienen más yodo y magnesio a las que no se añaden antiapelmazantes. Datos técnicos al margen, realizar una visita guiada es una experiencia muy recomendable para conocer su proceso de elaboración, la pasión de esta empresa familiar que lleva tres generaciones explotando las salinas, y el encanto de la villa navarra en la que su ubica.
Sin abandonar Salinas de Oro, otra original propuesta: ponerte en la piel de un apicultor. Podrás hacerlo en la mielería Azkorena donde hallarás respuesta a cuantas preguntas tengas sobre el complejo universo de las abejas. Acabarás la visita de la mejor forma posible, con una cata de mieles y bizcochos.
Descubre el diamante negro de la cocina en el Museo de la Trufa
En Tierra Estella, paisaje, geología y clima se combinan para gestar un apreciado manjar: la trufa negra. Si quieres aprender a valorar este singular hongo, conocido como el diamante negro de la cocina, tienes una cita en el Museo de la Trufa-Centro de Interpretación de Metauten. Un proyecto pionero que nos muestra el proceso que sigue la trufa desde su recolección hasta su degustación a través de audiovisuales, paneles informativos y dispositivos interactivos.
Además, puedes enriquecer tu visita apuntándote a alguna de sus TrufaExperiencias que aglutinan propuestas como su recogida en el entorno de la Sierra de Lóquiz, exhibición de adiestramiento de perros truferos y cata de productos (Carretera de Ganuza 1. Metauten).
Tierra Estella, tierra de buen comer
Lo primero que debes saber es que en Tierra Estella se come bien y mucho. No te hablo solo de espárragos, pimientos del piquillo y de sus famosos vinos con Denominación de Origen Navarra y Rioja. También de panes artesanales, menestras, de exquisitos quesos elaborados con leche de ovejas lachas (Idiazabal y Urbasa), de potentes pochas con almejas, del bacalao al ajoarriero, y de carnes y embutidos de gran calidad entre los que destacan los chuletones, el gorrín al horno de leña y la chistorra.
Una gastronomía de primer orden a la que se rinde homenaje en ferias como la de Mendavia, el Día del Espárrago en Dicastillo, la Feria de la Trufa en Metauten o el Día de la Tostada de Arróniz. Festivas jornadas cuyos protagonistas son los productos de la zona en las que no falta el pacharán. Por cierto, si quieres conocer cómo se elabora este licor de endrinas tan característico de Navarra, puedes visitar las Bodegas Palacio de la Vega de Dicastillo -cuna del pacharán Zoco-, o la Bodega Pacharán Azanza situada en Abárzuza.
Nota: Este artículo forma parte del blogtrip #Estellaruraltrip organizado por el portal Escapada Rural en colaboración con el Consorcio de Tierra Estella y Turismo de Navarra.
Me resulta un recorrido muy interesante, con lugares muy bonitos y gastronomía exquisita. Buena propuesta viajera. Gracias.
Sin duda lo es. Gracias a ti por leerme, Mateo. Un saludo
¿Cuándo repetimos? Navarra tiene infinidad de lugares para sorprender 🙂
¡Saludos!
Deseando ponerme en ruta! Me encanta las fotos. Gracias Alicia!
A ti por leerme, Victoria. Un saludo