Si tratas de limitar tu impacto en los lugares que visitas, te gusta vivir experiencias únicas y consumir ofertas y productos locales, aquí tienes siete destinos sostenibles de Francia, un país puntero en materia de turismo responsable. Descubrir sus impresionantes paisajes de costa en modo slow, sumergirte en la virginal naturaleza de los parques nacionales caminando, navegar por canales, pedalear entre viñedos… Hay muchas maneras de viajar de forma sostenible en Francia que se traducen en vivencias inolvidables.
Collioure, pura inspiración mediterránea
Viajar a Francia de forma sostenible, la alternativa perfecta para los viajeros que buscan destinos eco
¿Qué nos ofrece Francia para viajar de forma sostenible? Naturaleza, ciudades verdes e innovadoras, pueblos que velan por su patrimonio rural y por preservar su identidad que resultan perfectos para huir del turismo de masas, numerosas rutas ciclistas y vías verdes, una gastronomía galardonada con estrellas verdes MICHELIN que sitúa la proximidad y los alimentos de temporada en el centro de su cocina, alojamientos con la etiqueta ecológica europea, turismo accesible, un savoir-faire reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO…
Los acantilados de Etretat, un edén normando que brilla en cualquier época del año
Un sinfín de atractivos que se ven reflejados en cifras como estas:
11 parques nacionales, 58 parques naturales regionales y ’47 Grands Sites de France’
19.000 km de rutas ciclistas y 8.500 km de vías navegables (la mayor red fluvial de Europa)
Cerca de 45.000 monumentos, parques y jardines protegidos como monumentos históricos
160 ciudades y pueblos de la red ‘Plus Beaux Villages de France’
27.000 kilómetros de red ferroviaria
Datos al margen, de lo que se trata es de descubrir los destinos sostenibles de Francia viajando lento y de forma consciente, de escoger actividades respetuosas con el medio ambiente y de disfrutar de los sencillos placeres de la vida en compañía de sus gentes. Suena bien, ¿verdad?
Siete destinos sostenibles de Francia
Aunque podrían ser muchos más, ya que la oferta de turismo verde abarca casi todo el país y está en constante renovación, aquí tienes siete destinos sostenibles de Francia para una escapada en clave eco-responsable que te dejará muy buen sabor de boca.
Angers, relax medieval
Una delicia. Así es pasear por las callejuelas del casco medieval de Angers, elegida la ciudad más verde de Francia en 2020 gracias a sus 600 hectáreas de parques y espacios verdes. Imprescindibles de la capital de Anjou: el castillo, la Maison d’Adam, la colegiata Saint-Martin, las monumentales esculturas de David d’Angers que alberga la abadía de Toussaint, el barrio de la Doutre y los senderos naturales de la isla de Saint-Aubin. ¿Su apuesta por la sostenibilidad? La ciudad ha invertido 178 millones de euros para conseguir la neutralidad de carbono en 12 años.
Vista aérea del castillo de Angers
¿Más propuestas en la región del Loira Atlántico? Cálzate unas botas de montaña y sube a los Alpes Mancelles para disfrutar de la espectacular panorámica de las gargantas del Sarthe que nos regala el mirador del cañón de Toyères (Saint-Pierre-des-Nids). O disfruta de las playas y los pintorescos puertos de la idílica Côte de Jade en modo desconexión.
Normandía, emociones sostenibles en el mar
Más allá de las visitas imprescindibles, Normandía ofrece paseos llenos de magia y actividades fuera de lo convencional que se alinean con su política de preservación del medio ambiente. Entre ellas está la posibilidad de surcar el mar en kayak hasta llegar a las islas Chausey. Un paraíso normando situado a 15 km del puerto de Granville con bonitas playas de arena blanca en las que olvidarse del reloj.
Barcos de pescadores en la ciudad portuaria de Granville, Normandía
Si vas en busca de emociones fuertes, lo tuyo es el coasteering, la forma más emocionante y divertida para conocer la costa. Podrás practicar esta disciplina, a caballo entre la escalada y el canyoning, en las escarpadas rocas de la bahía de Ecalgrain acompañado de un experto que velará por tu seguridad. ¿Prefieres caminar? Coge tu mochila y sal a descubrir los encantos de Normandía. Tienes por delante más de 3000 km de GR (senderos de gran recorrido). Una ruta por la bahía del Mont Saint-Michel, a orillas del Sena, por los preciosos paisajes de Seine-Maritime… ¡Tú decides!
Valle del Loira, pedaleando entre castillos
Hablar del Valle del Loiraes hablar de hermosos castillos que erigieron reyes y nobles, de viñedos, bosques y encantadores parques. Es hablar de un paisaje cultural y natural declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De uno de los destinos con mayúsculas de Francia que puedes descubrir pedaleando. Para ello, la región cuenta con 5.000 km de carriles bici y 20.000 km de rutas de senderismo que te permitirán explorarla a tu ritmo sin dejar huella de tu paso.
Pura belleza. Así es el castillo de Chenonceau
La más bella de todas es La Loire à Vélo, un itinerario fácil y llano a la vera del río real que alberga auténticas joyas como los emblemáticos castillos de Chambord, Chenonceau, Chaumont-sur-Loire y Amboise, ciudades cargadas de historia como Orleans y Nantes, y paisajes de cuento como los de Touraine o la Sologne. ¿Lo mejor? No tendrás que preocuparte de nada porque a lo largo de sus 900 km encontrarás servicios de alquiler de bicicletas, transporte de equipaje, y preciosos pueblecitos ideales para hacer parada y fonda. ¿Te animas? La tierra de los castillos te está esperando.
Grenoble, la puerta de entrada de los Alpes
Otro destino sostenible de Francia que deberías conocer es Grenoble. Situada en el corazón de Alpes Mont-Blanc, este año ostenta el título de Capital Verde de Europa y representa el equilibrio perfecto entre ciudad y naturaleza. Y es que, en palabras del escritor local Stendhal, al final de cada calle encontrarás una montaña. Islas de verdor como la meseta del Vercors, el macizo de la Belledonne y los bosques de Chartreuse que se adentran hasta el centro urbano.
Grenoble, una encantadora ciudad con 820 kilómetros de senderos balizados
¿Qué ver y qué hacer en Grenoble? Perderte por la ciudad antigua, recorrer la vía ferrata urbana de las laderas de la Bastilla, dar un paseo en bici por la ribera del río Isère y por sus parques y jardines -hay 450 km de carril bici-, caminar por las estrechas y coloridas calles del barrio de los anticuarios, esquiar en Le Sappey-en-Chartreuse, visitar los baños termales de Uriage y disfrutar de su exuberante entorno… Todo en ello en una metrópoli alpina este año producirá́ el equivalente a su consumo en energías renovables, con cero emisiones de carbono, y que cuenta con el primer barrio ecológico urbano de Francia.
Burdeos y sus viñedos en bici, tren y autobús
Nos dirigimos ahora al sureste de Francia para conocer la actual capital del Smart Tourism: Burdeos. Una ciudad, Patrimonio Mundial de la UNESCO y conocida como la perla de Aquitania, que se descubre cómodamente a pie. Más aún, siguiendo la ruta Bordeaux port de la lune que engloba los edificios más emblemáticos del centro histórico (Palais Rohan, Grand Théâtre, Porte Cailhau, la Place de la Bourse, etc.) y las orillas del Garona.
Viñedos de Saint Emilion. A 30 km de Burdeos
Además, si te gusta el enoturismo, estás en el mejor lugar ya que la Cité du Vin nos recuerda que Burdeos es el epicentro de la viticultura francesa. Tras visitar esta joya arquitectónica que nos sumerge de forma inmersiva en el mundo del mundo vino y alguna de las bodegas que hay en la propia urbe, combina bicicleta, tren y autobús para conocer las diferentes Maisons des Vin de la región.
Canal du Midi, el placer de navegar
¿Un crucero fluvial a bordo de una embarcación eléctrica? Esta es la relajada propuesta que nos brinda el mítico Canal du Midi, otro Patrimonio de la Humanidad que une el Mediterráneo con el Atlántico atravesando toda Francia. Imagina conmigo. Serás el patrón de tu propio barco -no se requiere licencia-, navegarás a una velocidad de crucero de 6 kilómetros por hora, dormirás sobre el agua, cruzarás esclusas y disfrutarás de la belleza de pintorescos pueblecitos como Castelnaudary y de imprescindibles como Toulouse y Carcassonne.
Canal du Midi, la cultura de la lentitud
¿Otra opción para conocer este destino sostenible? Recorrer sus 240 km de caminos de sirga a pie o en bicicleta con total seguridad. La sensación de libertad y el contacto con la naturaleza, te acompañarán en esta bucólica experiencia.
Borgoña, savoir faire sostenible
El último de los destinos sostenibles de Francia que te propongo conocer es Borgoña, Sinónimo de viñedos, tranquilos canales y pueblos con un rico patrimonio, podrás recorrer esta hermosa región del centro del país de forma activa y sostenible practicando senderismo, turismo fluvial y ciclismo. ¿Algunos ejemplos? Descubrir el Parque Natural Regional del Morvan a pie atravesando lagos y cumbres, o visitar toda Borgoña sin perder de vista el agua navegando desde las márgenes del Saona al canal del Nivernais.
Reconectando con la naturaleza en los paisajes rurales de Borgoña
Y si prefieres desplazarte en bicicleta, opta por alguna de sus rutas 100% ecoturísticas. Como la Voie des Vignes, un precioso itinerario que se paladea a pequeños sorbos porque discurre entre un paisaje de viñedos excepcional. El encantador centro histórico de Dijon, Santenay, el mar de vides de Côte de Beaune y Côte de Nuits-Saint-Georges, los castillos de Pommard y Meursault… Más inspirador imposible.
Descubre los destinos sostenibles de Francia en tren
¿Sabías que viajando en tren emitimos 14 gramos de CO2, frente a los 285 gramos que generamos volando? Francia lo sabe y por eso ha prohibido los vuelos domésticos que se pueden hacer en tren en menos de dos horas y media, y apuesta firmemente por los desplazamientos en tren con 27.000 kilómetros de red ferroviaria –12.500 de ellos líneas de alta velocidad– y una docena de líneas turísticas.
Los beneficios para el medio ambiente son claros, pero también para ti ya que llegarás puntualmente al centro de la ciudad y cambiarás el estrés de los aeropuertos por recuperar el lujo del tiempo. Dado que el viaje también es el camino, ¿por qué no salvar las distancias de la forma más sostenible?
Con esta última recomendación concluye este listado de destinos sostenibles de Francia. Visto lo visto, ¿con cuál te quedas para tu próxima escapada? ¡Te leo en los comentarios!
Patrimonio de la Humanidad, obra maestra de la arquitectura militar y civil, y la fortaleza gótica de ladrillo más grande del mundo. Esta es la carta de presentación del castillo de Malbork, un impresionante bastión medieval situado en el norte de Polonia, a 50 km de la preciosa ciudad de Gdansk. Si te gustan los castillos y las historias de cruzados, sigue leyendo porque éste es un auténtico tesoro.
Vista del castillo de Malbork desde el río Nogat
En este artículo encontrarás toda la información que necesitas para organizar tu visita. Cómo llegar desde Gdansk, horarios, compra de entradas, qué ver en los alrededores, dónde comer… Pero antes, unas pinceladas de su dilatada historia para enmarcar en el tiempo esta visita imprescindible que te espera en la siempre fascinante Polonia. Comenzamos.
Historia del castillo de Malbork
Para conocer los orígenes del castillo de Malbork debemos remontarnos al siglo XIII, momento en el que los caballeros de la Orden Teutónica se establecen en este rincón de Polonia protegido por el río Nogat. Con la llegada del Gran Maestre llegaron también las ampliaciones hasta convertirse en un castillo fortificado y en la capital de un potente estado monástico que ejerció su poder hasta la Guerra de los Trece Años, cuando pasó a manos de Polonia y se convirtió en residencia real.
Caballeros de la Orden Teutónica
Más adelante fue ocupado por las tropas prusianas, fue una de las bases del ejército nazi y durante la Segunda Guerra Mundial quedó prácticamente destruido. Tras una profunda restauración, en 1997 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
Visitar el castillo de Malbork
A la hora de planificar tu visita, ten en cuenta que la superficie de todo el recinto supera las 21 hectáreas-para que te hagas una idea, es cuatro veces más grande que el castillo de Windsor de Inglaterra-, así que calcula unas tres horas para recorrerlo.
Acceso al castillo de Malbork
Visitar el castillo de Malbork por tu cuenta
La visita al castillo de Malbork empieza en el Centro de Atención al Visitante donde se pueden adquirirlasentradas (mi recomendación es que las compres online para evitar imprevistos) y recoger las audioguías que recorren los diferentes espacios de la fortaleza del Nogat. Gracias al GPS que llevan incorporado, las locuciones se activan automáticamente y te indican por dónde continúa el itinerario. Más cómodo y fácil, imposible.
Si vas a visitarlo con niños, debes saber que hay una versión especial de la ruta para familias que incide en cómo era la vida del castillo durante el asedio de 1410 de forma amena y didáctica.
Iglesia de la Santísima Virgen María
Visitar el castillo de Malbork con un tour guiado en español
Otra opción para visitar el castillo de Malbork sin tener que preocuparte por los desplazamientos ni por el idioma es esta completa excursión en español que incluye los principales atractivos de Gdansk y una visita guiada de 3 horas para conocer todos los secretos de la fortaleza más famosa de Polonia.
Qué ver en el castillo de Malbork
El castillo de Malbork está dividido en tres zonas separadas por fosos. El castillo bajo, donde se concentraba la actividad económica y el servicio; el castillo medio, residencia del Gran Maestre y centro político y administrativo, y el castillo alto que era la zona monástica.
El verde de los jardines y terrazas contrasta con el color rojizo que impera en el castillo
Torres, puentes, escaleras, pasadizos, terrazas y jardines… La magnífica restauración y el trabajo de conservación llevado a cabo en este conjunto defensivo hacen de Malbork lo que es hoy: un viaje al medievo en toda regla y una interesante lección de historia que se desarrolla entre sus muros.
Castillo bajo
Si, como yo, estás acostumbrado a visitar castillos en los que predomina la piedra, lo primero que llamará tu atención es que este se construyó con ladrillos, un material más económico y fácil de fabricar ante la escasez de canteras en suelo polaco. Para comprobarlo basta con admirar las imponentes murallas defensivas del castillo bajo, el mejor anticipo de lo que está por llegar. Más de cuatro millones de ladrillos rojos que en su día dieron cobijo a más de 3.000 monjes guerreros de la Orden Teutónica.
Castillo bajo
Castillo medio
Un gran explanada rodeada de edificios medievales nos da la bienvenida al castillo medio. Aquí se alza el magnífico Palacio de los Grandes Maestres que destaca por la riqueza arquitectónica de sus estancias, y el Gran Refectorio, un monumental salón cubierto con una bóveda sostenida por tres esbeltas columnas.
Castillo medioGran Refectorio
Decir impresionante es quedarse corto. Más aún tras descubrir el avanzado y eficiente sistema de calefacción que utilizaban para combatir las bajas temperaturas de los inviernos polacos. Una red de canales que distribuía el calor que producían las piedras que se calentaban en los hornos.
Otro de los grandes atractivos del castillo medio es la exposición Contextos de ámbar. Está considerada una de las mejores del mundo y su discurso narrativo es fundamental para comprender que la historia de esta fortaleza está estrechamente relacionada con el ámbar ya que se convirtió en la fuente del poder comercial de la Orden en la Edad Media. La línea del tiempo que muestra el origen de esta apreciada resina báltica, piezas con inclusiones de plantas e insectos, ejemplos de joyería contemporánea…
Museo del Ámbar
Castillo alto
Tras cruzar un puente que salva un foso seco y traspasar una de sus puertas más colosales, se accede al castillo alto. La parte más antigua del complejo de Malbork es también la más espectacular ya que, además de un gran patio central, alberga el claustro, la Sala Capitular, el refectorio y la cocina del convento, y la torre de Gdanisko.
Patio central del castillo alto de MalborkClaustro del castillo de Malbork
Mención especial merece la capilla de Santa Ana, que se utilizaba como capilla mortuoria de los más altos dignatarios de la Orden, y la iglesia del castillo a la que se accede a través de una hermosa puerta decorada con motivos figurativos y florales. En su exterior, este templo de 1344 luce una imagen de más de 8 metros de altura de la Santísima Virgen María.
Y hasta aquí el viaje al medievo que nos propone el castillo de Malbork. Si he conseguido despertar tu interés por una de las grandes atracciones turísticas de Polonia, objetivo cumplido.
Dónde comer cerca del castillo de Malbork
Aunque dentro del castillo hay un restaurante, mi recomendación es la taberna U Flisaka. Desde su ubicación, en un muelle a la vera del río, disfrutarás de una espectacular panorámica del lado oeste del castillo con las murallas medievales reflejándose en las aguas del Nogat. ¿Qué ofrecen sus fogones? Especialidades regionales a partir de recetas tradicionales, carnes y pescados a la parrilla, platos vegetarianos y una especie de pizzas elaboradas con pan casero que son una delicia (Wałowa, 82-200).
Stanica U Flisaka, el mejor lugar para comer con vistas al castillo
Información para visitar el castillo de Malbork
El castillo de Malbork está abierto de lunes a domingo. Durante el verano, del 21 de abril hasta el 30 de septiembre, el horario es de 9 a 20h, y en invierno, del 1 de octubre al 20 de abril, de 10 a 15h.
Precio de la entrada general: 70 PLN (15€ aproximadamente). Incluye la audioguía.
Visitas nocturnas: durante los meses de verano se puede realizar un tour de 21 a 22:30h.
La visita al castillo de Malbork está incluida en la Pomeranian Tourist Cardque abarca una veintena de atracciones turísticas de la Tricuidad. Entre ellas, el muelle de Sopot, el Museo del Ámbar de Gdansk y el Museo de la Emigración de Gdynia.
Cómo llegar al castillo de Malbork desde Gdansk
La mejor opción para llegar al castillo de Malbork en transporte público es coger un tren desde la estación central de Gdansk (Gdańsk Główny). En función del que escojas tardarás en llegar unos 40 minutos aproximadamente. Puedes consultar los horarios y reservar tu billete con antelación en las webs de PKP Intercity y Polregio.
La estación de tren de Malbork está a menos de dos kilómetros del castillo. Distancia que puedes cubrir caminando -calcula unos 20 minutos- o en taxi.
Qué ver en los alrededores del castillo de Malbork: Gdansk, Sopot y Gdynia
La ciudad de Malbork está situada a menos de una hora de Gdansk que junto a la glamurosa Sopot y la moderna Gdynia conforman la Triciudad, un atractivo destino polaco situado a orillas del mar Báltico que te sorprenderá por sus playas, su ambiente veraniego y su oferta cultural. Toma nota de sus imprescindibles.
En Gdansk: para conocer los principales atractivos de Gdansk te remito a mi anterior artículo Qué ver en Gdansk, la joya báltica de Polonia. Un anticipo: su centro histórico es uno de los más bellos de Polonia.
En Sopot: sus playas, el muelle de madera más largo de Europa, la siempre animada avenida Monte Cassino y sus famosos balnearios.
En Gdynia: los acantilados de Orlowo, su playa, los muelles del puerto y sus modernos edificios.
Gdansk, Sopot y Gdynia
Seguro de viaje para viajar a Polonia
Antes de viajar a Polonia, no olvides contratar un buen seguro de viaje que cubra cualquier percance que puedas sufrir. Yo siempre viajo asegurada con Chapka y te recomiendo sus pólizas por sus amplias coberturas internacionales, y porque cuesta mucho menos de lo que imaginas. Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. Informado quedas. Contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.
* Código ético: este artículo ha sido posible gracias a Turismo de Polonia y contiene enlaces de afiliados de Civitatis y Chapka. Eso significa que, si compras algún producto a través de mi web, recibiré una pequeña comisión que, en ningún caso, incrementará su precio y que me ayuda a seguir ofreciéndote contenidos de calidad y opiniones 100% independientes.
Portuaria, renacida, fotogénica, tolerante y escandalosamente bella. Así es Gdansk, una ciudad polaca situada en la costa del Báltico que, sencillamente, enamora. Por su ambiente, por su personalidad y porque su centro histórico, reconstruido tras la Segunda Guerra Mundial, es un delicioso capricho que merece ser descubierto. Si quieres conocer sus armas de seducción, aquí tienes un resumen de todo lo que ver en Gdansk.
Torre del antiguo Ayuntamiento de Gdansk
Qué ver en Gdansk: la niña bonita del norte de Polonia
El convulso y milenario pasado de Gdansk, que nació como una aldea de pescadores a orillas del Motława, es fruto de su ubicación en la desembocadura del mayor río polaco, el Vístula, que se funde aquí en las aguas del mar Báltico. Este capricho geográfico hizo de ella un importante centro comercial y cultural en los siglos XVI y XVII y la historia se encargó del resto. Alemania la convirtió en Danzig, fue el escenario que sufrió el inicio de la II Guerra Mundial, y en sus astilleros se gestó, a golpe de huelgas y protestas, el fin del régimen comunista al este del Telón de Acero.
Panorámica de la Ruta Real desde la Puerta Verde
Todo ello en el corazón de Europa, en una urbe que a día de hoy es la niña bonita de la Polonia del Báltico, una vibrante y cosmopolita ciudad que sabe cómo conquistar al viajero y que en verano luce su mejor estampa. Todas las claves para sacarle el mejor partido a la capital del voivodato de Pomerania -una de las 16 provincias que conforman la República de Polonia- a continuación.
La Ruta Real, un delicado viaje en el tiempo
La majestuosa Puerta Alta, la Torre de la Prisión y la Puerta Dorada nos dan la bienvenida al eje urbano más largo de la Edad Media europea y a una de las calles más hermosas que puedas imaginar: Dluga (la calle Larga) y su continuación Dlugi Targ (Mercado Largo).
El color inunda cada rincón de la calle Dluga
Tómate tu tiempo, cual monarca polaco, para recorrer cada centímetro adoquinado de la también conocida como Ruta Real, un capricho visual que concatena las preciosas casas burguesas de los ricos mercaderes con edificios históricos y terrazas donde ver la vida pasar se convierte en un regalo.
Y sí, si el diseño y el color que lucen sus fachadas te recuerda a las ciudades de los Países Bajos, estás en lo cierto. La influencia del estilo holandés en la arquitectura de Gdansk se palpa en cada esquina.
Callejeando por el centro histórico de Gdansk
Tras la sorpresa inicial de contemplar cómo se reconstruyó con tanta perfección tras la guerra, desfilarán ante ti imponentes monumentos que te obligarán a detener el paso. Te hablo del antiguo Ayuntamiento, cuya torre define el skyline de la ciudad al son que marca su carrillón, de la Fuente de Neptuno, donde el rey de los mares nos recuerda la cercanía del Báltico, o de la Casa de Artus donde antaño se reunía la flor y nata de la ciudad.
El conjunto que forman la Fuente de Neptuno y la Casa de Artus es uno de los más bellos de Gdansk
Dejando atrás el Mercado Largo, una vez atravesada la Puerta Verde, aparece otro de los rincones que hacen de Gdansk una de las ciudades más bonitas de Polonia: el malecón del río Motlawa.
El malecón del río Motlawa
La imagen del centro histórico asomándose al Motlawa es otra de las sorpresas que encierra el corazón del antiguo puerto de Gdansk. El reflejo de su silueta en las aguas el río, las embarcaciones que lo surcan, los puentes, restaurantes y animadas terrazas… El DlugiePobrzeże (Paseo Largo) es un encantador y peatonal paseo que recrea aquellos días en los que aquí arribaban los barcos cargados de mercancías.
Dlugie Pobrzeże
Testigo de ello es Brama Zuraw, una grúa de mediados del siglo XV, cuya estructura de madera recuerda a un molino sin aspas, que hoy alberga el Museo Marítimo Nacional. La marina, por su parte, se halla al otro lado, detrás de la isla de los Graneros (Wyspa Spichrzów).
No te imagines su silueta al atardecer y bajo la luna. Contémplala desde el Roof Top by Sassy, una terraza mirador perfecta para disfrutar de la ciudad a vista de pájaro con un cóctel en la mano. Buen ambiente y vistas de escándalo (Chmielna, 10).
Vista nocturna de Gdansk desde el Roof Top by Sassy
Calle Mariacka y Basílica de Santa María
Paseando a la vera del Motlawa encontrarás la Puerta Mariacka que da acceso a otra de las calles que sí o sí tienes que ver en Gdansk, la calle Mariacka. Un escaparate de tiendas de ámbar, coquetos cafés y casas que conservan sus porches de piedra y gárgolas originales. ¿Un entorno de cuento? Suena manido, pero así es.
Mariacka, una auténtica preciosidad
Justo al final de esta popular calle se alza la basílica de Santa María, una de las iglesias de ladrillo más grandes del mundo. Austera, gótica e impolutamente blanca, en su interior alberga numerosas obras de arte medieval y barroco entre las que destaca el reloj astronómico de Hans Düringer de Torun que en su día fue uno de los más modernos del mundo.
Basílica de Santa María
Museo del Ámbar
La cuna de Günter Grass y Lech Walesa deslumbra como un collar de ámbar. Y es que esta resina fosilizada que tantos beneficios económicos le ha reportado desde hace siglos es un símbolo más de Gdansk. Basta visitar el Museo del Ámbar para comprobarlo y conocer por qué esta ciudad está considerada la capital mundial del ámbar.
Museo del Ámbar
Cómo se forma el llamado “oro del norte”, cómo se extrae en las playas del golfo de Gdansk, en el cordón de Vístula y en la península de Hel, su uso medicinal y cosmético, cómo se ha trabajado a lo largo de los siglos… Además de anillos, crucifijos y todo tipo de joyas, su vasta colección incluye piezas con inclusiones de plantas, insectos y pequeños vertebrados (Wielkie Młyny, 16).
Por cierto, muy cerca de aquí se encuentra uno de los rincones más instagrameables de Gdansk, MostChlebowy. Un puente que no destacaría del resto que salvan el canal si no fuera por los incontables candados que cuelgan de sus barandillas y que enmarcan la preciosa silueta de la Casa del Gremio de Molineros que hoy alberga un restaurante. Decir bonito es quedarse corto, ¿no te parece?
El Puente del Pan, el Puente del Amor… ¿cuántos de esos amores seguirán vivos?
Centro Europeo de Solidaridad, un qué ver en Gdansk con mayúsculas
Tras disfrutar del rostro más amable y hermoso de Gdansk, toca conocer porqué se la conoce como la ciudad de la libertad. Dos espacios expositivos se encargan de ello. El Museo de la Segunda Guerra Mundial y el Centro Europeo de Solidaridad. Este último, sin duda, merece estar en el pódium de lugares que ver en Gdansk ya que es un museo interactivo que narra de forma dinámica la historia reciente de Polonia y Europa poniendo el foco en el nacimiento del sindicato independiente Solidaridad en 1980 y en el efecto dominó que llevó a la caída del Muro de Berlín.
La lucha de los trabajadores, liderados por Lech Walesa, acabó con el régimen comunista
¿Un plus? Esta premiada institución cultural que promueve la libertad y la solidaridad está ubicada en un imponente edificio de acero que cuenta con una terraza con vistas a los astilleros, a la plaza de la Solidaridad y al casco antiguo de Gdansk. ¡Imprescindible!
Oliwa
Dejamos atrás el coqueto casco histórico de Gdansk para adentrarnos en el barrio de Oliwa. Situado en una de las colinas cubiertas de bosques que abrazan la ciudad, Oliwa es el patio de recreo de los locales y una gran alternativa a una jornada de sol y playa.
Palacio de los Abades
Aquí se encuentra un precioso pulmón verde en forma de parque histórico salpicado de estanques, cenadores y árboles centenarios, el Palacio de los Abades -que alberga una de las sedes del Museo Nacional- y el jardín botánico con su singular Casa de las Palmeras.
Catedral de Oliwa
Justo al lado del parque, dos esbeltas torres llamarán tu atención. Son las que coronan la Catedral de Oliwa, erigida como abadía cisterciense en el siglo XIII y considerada la iglesia más larga de Polonia. ¿Su principal atractivo? Un monumental órgano formado por 5.100 tubos que llegan a medir casi 11 metros.
La Catedral de Oliwa acoge cada verano el Festival Internacional de Música de Órgano
Dónde alojarte y dónde comer en Gdansk
Si buscas alojamiento en Gdansk, mi recomendación es el Hotel Craft Beer Central Gdansk, un precioso edificio de 1900 situado a pocos metros de la estación de tren y a unos diez minutos del casco histórico. Acogedoras y amplias habitaciones, gusto por los detalles, atento staff y un completo y variado bufet de desayunos. No se puede pedir más.
Hotel Craft Beer Central Gdansk
Como ya comprobé en mi anterior viaje a la Polonia más navideña, la gastronomía es otro de los atractivos de un país que no deja de sorprenderme. En esta ocasión, tratándose de un enclave costero, priman los pescados, tanto los del Báltico como los del Vístula, las carnes de los bosques de Pomerania, y elaboraciones que nos hablan de las tradiciones culinarias de cuantos pueblos recalaron en Gdansk.
Restaurante Canis →Sabrosa carta con productos de temporada, buena selección de vinos polacos y música en directo todas las noches. Esta es la atractiva fusión que nos propone Canis, un coqueto restaurante situado en pleno corazón de Gdansk (Ogarna, 27/28).
Restaurante Canis
Restaurante & Bar PG4 →Está ubicado en el mismo hotel en el que me alojé y ofrece platos clásicos con toques modernos y cervezas de producción propia. ¿Lo mejor? Siempre está animado.
Tu Można Marzyć → Restaurante familiar ubicado en el barrio de Oliva. A destacar: sus sopas frías, su repostería casera y su agradable terraza (Opata Jacka Rybińskiego, 25).
Café & Lounge Roof Top by Sassy → Cocina italiana y cócteles de autor. Y si esta propuesta no te encaja, en la planta baja del edificio tienes una amplia oferta de cocinas del mundo (Chmielna,10).
¿Cuántos días necesitas para ver Gdansk?
Teniendo en cuenta las dimensiones del centro histórico, que se recorre fácilmente a pie, algunos dirán que un día es suficiente. Yo discrepo porque más que a coleccionar imágenes de postal, que también, aquí se viene a disfrutar de una de las ciudades más cosmopolitas e interesantes de Polonia y eso lleva su tiempo. ¿Más razones para alargar tu estancia? Porque hay mucho que ver en Gdansk, porque sería imperdonable no ver cómo luce al caer el sol, y porque en sus alrededores te esperan la coqueta Sopot y la moderna y cultural Gdynia.
Gdansk, preciosa de día y espectacular de noche
Qué ver en los alrededores de Gdansk: Trójmiasto (la Triciudad)
Gdansk y sus vecinas Sopot y Gdynia conforman un área metropolitana conocida como Trójmiasto (la Triciudad). Un destino turístico de primera, compacto y fácil de visitar, a orillas del Báltico perfecto para una escapada veraniega.
¿Imaginabas así la costa báltica de Polonia? Para mí ha sido toda una sorpresa
Sopot
A escasos 20 minutos en tren desde Gdansk, la glamurosa Sopot se enorgullece de su estatus de ciudad de ocio vacacional. Algo que le viene de lejos porque ya en el siglo XIX sus balnearios captaron la atención de las grandes fortunas en este tramo del litoral polaco.
Hoy en día sigue siendo un lugar para ver y ser visto que cuenta con casi 5 km de playas, el muelle de madera (Molo) más largo de Europa que, a modo de paseo marítimo, se adentra 500 metros en las aguas del Báltico, y la peatonal avenida Héroes de Monte Cassino -más conocida como Monciak-, en la que se suceden decimonónicos cafés, restaurantes de postín y joyerías de diseño. Sin duda, la que tuvo, retuvo.
Sopot, un verano en clave polaca
¿Tres recomendaciones que te dejarán muy buen sabor de boca? Tomarte un helado con vistas a la bahía en el café Mamma Mia (Plac Zdrojowy, 2), probar los arenques del restaurante M15 (Mamuszki, 15) y rematar la jornada con una copa en el pub Błękitny Pudel (Monte Cassino, 44).
Gdynia
La última cita de la Triciudad es la moderna y joven Gdynia que, hasta hace bien poco, solo era un pueblecito de pescadores. Hoy en cambio es el puerto más importante de la costa báltica polaca y destaca por su potente oferta cultural. ¿Los must-see de Gdynia? El muelle y su playa de arena blanca, sus modernos edificios, la plaza Kościuszko, los muelles del puerto y, cómo no, las vistas que se divisan desde los acantilados de Orlowo con toda la bahía de Gdansk a vista de pájaro.
Litoral de Gdynia
Castillo de Malbork, una cita con la historia
Si tu agenda te lo permite, no dudes en visitar el imponente Castillo de Malbork. Declarado Patrimonio de la Humanidad, es la fortaleza gótica de ladrillo más grande del mundo y, por tanto, otro de los grandes atractivos de la provincia de Pomerania y otro sitio que tienes que ver cerca de Gdansk.
Castillo de Malbork
Esta obra maestra de la arquitectura militar y civil bajomedieval, ubicada a orillas del río Nogat, te sorprenderá por su estado de conservación, por sus dimensiones y por la historia que encierran sus muros. Solo está a menos de una hora en tren desde Gdansk así que es la mejor excursión para cerrar este viaje por la Polonia del Báltico.
Las mejores excursiones y visitas guiadas en y desde Gdansk
En avión → En el aeropuerto de Gdansk Lech Walesa puedes tomar un tren de cercanías que llega al centro de la ciudad. La parada se llama Gdańsk Port Lotniczy y aquí tienes los horarios. Otra opción es tomar el autobús 210, un taxi -calcula unos 60 PLN- o un traslado privado que te puede llegar a costar la mitad.
Malecón del Motlawa
En tren desde Varsovia → Si la capital polaca es tu punto de partida, la mejor opción por rapidez y comodidad es tomar un tren Intercity en la estación Warszawa Centralna hasta Gdańsk Główny. El trayecto dura 2h 30m y cuesta 169 PLN (35,29€). Aquí puedes consultar los horarios.
Ahora sí, ya tienes toda la información de qué ver en Gdansk y alrededores. ¿Nos vemos este verano en Polonia?
Seguro de viaje para viajar a Polonia
Antes de viajar a Polonia, no olvides contratar un buen seguro de viaje que cubra cualquier percance que puedas sufrir. Yo siempre viajo asegurada con Chapka y te recomiendo sus pólizas por sus amplias coberturas internacionales, y porque cuesta mucho menos de lo que imaginas. Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. Informado quedas. Contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.
Mapa de Gdansk
* Código ético: este artículo ha sido posible gracias a Turismo de Polonia y contiene enlaces de afiliados de Booking, Civitatis y Chapka. Eso significa que, si compras algún producto a través de mi web, recibiré una pequeña comisión que, en ningún caso, incrementará su precio y que me ayuda a seguir ofreciéndote contenidos de calidad y opiniones 100% independientes.
Sorprendente, diversa y llena de rincones que merecen ser descubiertos. Así es la ruta por la provincia de León que te propongo. Una escapada cercana diseñada para desconectar, reencontrarte con el pasado y disfrutar de su atractivo presente. ¿La banda sonora de este road trip? El canto de los pájaros, el discurrir del agua, los pasos de los peregrinos y, cómo no, el silencio hecho valle, aldea y camino.
Valle del Silencio
León, una provincia con mucho que ver y experimentar
Privilegiados paisajes, riqueza monumental, pueblos suspendidos en el tiempo, museos a cielo abierto, historias de templarios y un patrimonio gastronómico muy comprometido con las materias primas. Esta es la radiografía de mi propuesta, una ruta que recoge buena parte de los lugares que sí o sí tienes que ver en la provincia de León. La misma que yo acabo de hacer, y la misma que me ha dejado con ganas de volver porque he descubierto que León es mucho León.
Calle Real de Molinaseca
Despierta tus sentidos porque arrancamos esta escapada que parte de la capital leonesa y continúa por las atractivas comarcas de la Maragatería y El Bierzo siguiendo la estela del Camino de Santiago Francés, el itinerario jacobeo por excelencia.
León, una capital monumental y vibrante
Todo viajero que se acerca a conocerla coincide: León es una de las capitales de provincia más atractivas de nuestra geografía. Una ciudad con 2.000 años de historia donde el pasado y el presente se funden en una explosión de arte, cultura y gastronomía que no deja indiferente.
No te resistas. Te enamorarás de su majestuosa Catedral gótica, un delirio visual que impone de día y seduce de noche, del maravilloso estado de conservación de los frescos que luce el Panteón de los Reyes de la Real Colegiata de San Isidoro, del León de Gaudí cuyo epicentro es la imprescindible Casa Botines, de sus palacios renacentistas, y suma y sigue.
Claustro de la Catedral de Santa María, la más francesa de las catedrales españolas
Y es que, más allá de la Pulchra Leonina, de la conocida como Capilla Sixtina del Románico o del modernismo que esculpe una de las tres obras que Antoni Gaudí construyó fuera de Cataluña, hay otro León que seduce a pie de calle. Un León, innovador y actual, que late en cada rincón del centro histórico y en los restaurantes y terrazas de los siempre animados barrios Húmedo y Romántico, donde se impone tapear con un buen vino de la Denominación de Origen León.
Dicen que la plaza del Grano es la más bonita de León y no puedo estar más de acuerdo
Consejos para foodies: Las tapas y vinos de Marcela (Plaza de San Marcelo, 9) y la cecina de IGP León del restaurante Ezequiel, todo un referente en la capital (C/ Ancha, 20).
Hospital de Órbigo
Tras dejar atrás la capital, ponemos rumbo a Hospital de Órbigo, un municipio que recibe su nombre del hospital que fundaron los Caballeros de San Juan de Jerusalén, y su apellido del río que discurre a su vera. El mismo que salva su famoso puente, una larga calzada por la que pasaron las legiones romanas, los Godos, las tropas francesas, y miles y miles de peregrinos que se dirigían, como los que lo transitan hoy, a Santiago de Compostela.
El Passo Honroso de Hospital de Órbigo
Para mantener vivo el espíritu de aquellos días, cada año, a principios de junio, se celebran las JustasMedievales del Passo Honroso que rinden homenaje al torneo que convocó Don Suero de Quiñones en 1434 para demostrar su amor a Doña Leonor. Una recreación histórica, con un animado mercado, que atrae a numerosos visitantes a este punto fundamental del Camino a su paso por León.
Castrillo de los Polvazares
Nuestro viaje continúa en la comarca de la Maragatería donde nos espera otro pueblo de postal: Castrillo de los Polvazares. Pintoresco y cuidado a más no poder, tu cámara echará humo tratando de captar todos los bucólicos rincones que se cruzan al paso. Las calles empedradas que en su día hollaron los carros de los arrieros, las casas blasonadas de los más pudientes, los vivos colores de portones y ventanas, la arquitectura popular maragata esculpida en piedra y arcilla roja… Sí, aunque creas que has viajado en el tiempo, sigues en 2022.
Castrillo de los Polvazares
Como visitar la Maragatería y no probar un cocido maragato sería imperdonable, debes saber que aquí este contundente majar es el rey de los fogones. Se sirve en tres vuelcos y, al contrario que en otros lares, primero se toma la carne, después los garbanzos y verduras y, por último, la sopa de fideos. Su éxito es tal que muchas de las viviendas de Castrillo de los Polvazares son ahora restaurantes y mesones en los que conviene reservar.
Foncebadón
Nos dirigimos ahora a Foncebadón para alcanzar el techo del Camino Francés. Aquí, a unos 1.500 metros de altitud, se alza la Cruz de Ferro. A pesar de su humilde apariencia, este largo poste de madera coronado por una pequeña cruz de hierro -réplica de la original que se halla en el Museo de los Caminos de Astorga- es uno de los lugares más simbólicos de la ruta jacobea.
Cruz de Ferro
El motivo es el gran humilladero que hay a sus pies formado por miles de piedras depositadas por miles de peregrinos a lo largo de los años. Aunque el origen de este ritual es incierto, no hay caminante que no lo cumpla arrojando de espaldas una piedra traída desde su lugar de origen. Para unos, este gesto implica dejar atrás sus pecados, para otros, es la forma de agradecer que han llegado hasta aquí y de pedir ayuda para continuar el Camino. Sea como sea, no queda otra que emocionarse ante este montículo pedregoso que, al fin y al cabo, es un montón de deseos, alegrías y miedos llegados de cualquier rincón del mundo.
En ruta por la provincia de León: la comarca de El Bierzo
Dejamos atrás la Maragatería para adentrarnos en la comarca de El Bierzo, una tierra fértil poblada de viñedos, bosques y pequeñas villas vinculadas al Camino de Santiago que conviven en armonía con un potente catálogo de recursos naturales. Un territorio de leyendas, historias de templarios y delicias gastronómicas que reclama tu visita.
Viñedos del Palacio de Canedo
Molinaseca
Iniciamos este fascinante viaje al pasado en Molinaseca, un precioso pueblo medieval con siglos de tradición jacobea que nos recibe con una imagen inolvidable. En primer plano, el viejo puente de sillería que salva el río Meruelo, recortando el cielo y dominando la villa, la torre de la iglesia de San Nicolás de Bari, y al fondo, las verdes colinas de El Bierzo.
Todo invita a pasear sin prisa por este Conjunto Histórico que forma parte de la red Los Pueblos Más Bonitos de España. La calle Real, por la que transcurre el Camino de Santiago a la sombra de casonas nobiliarias y viviendas populares, el crucero de piedra del Santo Cristo, la plaza García Rey, el Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, el monumento al Peregrino…
Molinaseca, pura belleza berciana
Curiosidad viajera: Al lado del monumento al Peregrino, verás un monolito de granito que conmemora el hermanamiento entre la ruta jacobea y el camino de peregrinación japonés Shikoku Henro.
Peñalba de Santiago
En esta ruta por la provincia de León no podía faltar Peñalba de Santiago, uno de los pueblos más encantadores de la comarca de El Bierzo. Las vastas panorámicas que enmarcan cada curva de la estrecha carretera que conduce a Peñalba es el mejor envoltorio del regalo que está por llegar. Un sueño de calles empedradas y casas coronadas por tejados de pizarra que se alza entre montañas, entretejiendo un caserío cuajado de bellas muestras de arquitectura tradicional en el que no falta una joya del mozárabe como es la iglesia de Santiago.
Peñalba de Santiago
Callejea sin prisa, párate y observa para experimentar una cálida sensación de paz, una serenidad que escapa a los adjetivos. La misma que buscaban los eremitas de la Edad Media y que encontraron aquí, en los pequeños pueblos de la llamada Tebaida berciana.
Tras sufrir el inevitable ‘stendhalazo’ que causa la potente fisonomía de este Bien de Interés Cultural, déjate seducir por la serena belleza del Valle del Silencio recorriendo la ruta que conduce a la cueva de San Genadio. El religioso que, según cuenta la leyenda, hizo callar al río para meditar dando nombre a este idílico rincón leonés.
Ponferrada, la capital del Bierzo leonés
A solo 20 km de Peñalba, otro imprescindible de la provincia de León nos obliga a hacer parada y fonda: Ponferrada, la capital de la comarca de El Bierzo. Una ciudad situada a la vera del río Sil y custodiada por su legendario Castillo Templario. El mejor lugar para recordar los días en los que estos caballeros velaban el puente de hierro (Pons Ferrata) que facilitaba el paso de la ruta jacobea, y que dio nombre a la ciudad.
Detrás del castillo, despliega sus alas el casco antiguo de Ponferrada. Allí encontrarás la iglesia de San Andrés, la emblemática Torre del Reloj -la única puerta que se conserva de la muralla medieval-, la basílica de la Virgen de la Encina, e interesantes citas culturales como el Museo del Bierzo, el de la Energía o el Museo de la Radio Luis del Olmo.
El castillo templario de Ponferrada empezó a construirse en el siglo XII sobre un antiguo castro celta
En esta monumental almendra central, que amanece con los pasos de los peregrinos que se dirigen a Santiago, se concentran un buen número de bares y restaurantes que dejan un grato sabor de boca. ¿Dos que destacan por la calidad de sus productos? Lúa by O Pulpeiro y 7 Sillas, ambos en la Plaza del Ayuntamiento.
¿Dónde dormir en Ponferrada? Mi recomendación es Azotea Suites, unos magníficos apartamentos situados en pleno centro que fusionan vanguardia y confort. Desayunar en su terraza chill out con vistas de escándalo es un lujo que te mereces.
Las Médulas, un must-see de la provincia de León
Un paisaje hipnótico, un onírico escenario tallado por el hombre, algo único… Da igual las comparaciones que hayas leído o las fotos que hayas visto de este Patrimonio de la Humanidad. Todo se queda escaso cuando oteas por primera vez el skyline de Las Médulas, la mayor mina de oro a cielo abierto de época romana, y una de las grandes sorpresas de esta ruta por la provincia de León. Sobre todo, si contemplas este paraje berciano desde el Mirador de Orellán. Una privilegiada atalaya que nos permite recorrer con la mirada su singular horizonte de montañas rojizas que despuntan entre un mar de castaños, y la red de canales por los que discurría el agua hasta los estanques de explotación.
Las Médulas
Ya que has llegado hasta aquí, no te quedes solo con esta imagen. Acércate al centro de recepción de visitantes para conocer las diferentes rutas que discurren por sus dominios. La senda perimetral, la del lago Sumido, la de los poblados o la senda de las Valiñas, una sencilla ruta circular que se interna en uno de los sectores de explotación de la mina con hitos como la Cuevona y la cueva de la Encantada.
Villafranca del Bierzo
De nuevo en la carretera, este itinerario, que recoge lo más destacado de la provincia de León, avanza entre montañas, viñedos y bosques de ribera hasta llegar a Villafranca del Bierzo. Una pequeña villa medieval íntimamente ligada al Camino Francés que engalana su entramado urbano con un magnífico patrimonio. La iglesia de San Nicolás con su imponente fachada barroca, el robusto castillo-palacio de los Marqueses de Villafranca, la colegiata de Santa María…
Por cierto, si te preguntas por qué se la conoce como la ‘Pequeña Compostela‘, hallarás la respuesta en la Puerta del Perdón de la iglesia de Santiago que se abre cada Xacobeo para que los peregrinos que no pueden continuar hasta la catedral compostelana puedan obtener el Jubileo.
A Villafranca del Bierzo se la conoce como la Pequeña Compostela
¿Más imprescindibles de Villafranca? El barrio de los Tejedores, el puente medieval, la plaza Mayor y la calle del Agua, que radiografía su rico pasado con un reguero de casonas blasonadas y bellas muestras de arquitectura religiosa.
Enoturismo en el Palacio de Canedo
Esta escapada por la provincia de León llega a su fin con una propuesta irresistible: una jornada de enoturismo para descubrir las singularidades de los vinos de la Denominación de Origen Bierzo. El lugar escogido es el Palacio de Canedo. Una casona del siglo XVIII rodeada de viñedos donde crecen las variedades tinta de mencía y blanca de godello siguiendo un modelo de agricultura ecológica.
Además de vinos, la marca Prada A Tope también elabora conservas artesanales, vinagres y licores
Recorre los senderos que discurren entre las vides, cata sus productos en su restaurante y, si tienes ocasión, alójate en alguna de sus acogedoras habitaciones para disfrutar al máximo tu estancia en El Bierzo.
León capital, villas históricas como Ponferrada, Villafranca del Bierzo y Molinaseca, los fascinantes paisajes de Las Médulas y el Valle del Silencio, sus afamados vinos y su potente gastronomía… ¿Necesitas más motivos para incluir una ruta por la provincia de León en tu agenda viajera?
Mapa de la ruta por la provincia de León
Este viaje ha sido posible gracias al Consorcio de Turismo de León. Toda la información ofrecida y mis opiniones están basadas en mi experiencia. Puedes ver cómo fue mi viaje en tiempo real en las historias destacadas de mi cuenta de Instagram.
Si buscas una escapada en la que prime la tranquilidad y que aúne preciosos parajes naturales, pueblos pintorescos, patrimonio y gastronomía con raíces, toma nota de la ruta que te propongo porque recorre 10 espectaculares lugares que tienes que ver en el norte de Burgos, un territorio fascinante que, como he podido comprobar en mi último viaje, esconde una sorpresa a cada paso.
La ermita de Pantaleón de Losa, una de las joyas del norte burgalés
Qué ver en el norte de Burgos
Desfiladeros, cascadas, valles, escarpadas montañas, senderos que se adentran en la naturaleza, caudalosos ríos… Sin duda, el gran atractivo del norte de Burgos es su sorprendente diversidad depaisajes, que se parecen mucho más a los de la vecina España verde que a las vastas llanuras castellanas, y que enmarcan pequeñas poblaciones que nos obligan a detener el paso.
En Tobera la naturaleza y el arte se abrazan para crear enclaves únicos
La comarca de Las Merindades, donde el Ebro y la Cordillera Cantábrica se alían para forjar inesperados contrastes, las joyas que encierra el Valle de Tobalina, La Bureba… Ni lo dudes: hay mucho que ver y hacer en el norte de la provincia de Burgos. ¿Cuántos días son necesarios? Para la ruta que te propongo, tres como mínimo. Y, aun así, te quedarás con ganas de más porque aquí se viene a desconectar.
Cascada del Peñón
Empezamos esta ruta por los lugares más mágicos del norte burgalés en uno de los caprichos que esconde el Valle de Tobalina: la cascada del Peñón. Con sus 100 metros de ancho y 20 de alto, este precioso salto de agua, que se precipita dando forma a una piscina natural, justifica por sí solo seguir el curso del río Jerea e incluir Pedrosa de Tobalina en cualquier ruta por Las Merindades. Y es que si hay algo que define la geografía de esta zona es el agua que la vertebra dando origen a maravillas como esta. Pero no es la única. Hay muchas más cascadas, como el famoso Salto del Nervión, la cascada de Orbaneja del Castillo, la de las Pisas o la cascada de la Mea, entre otras.
Cascada del Peñón
La cascada del Peñón se encuentra a pocos metros de la carretera, así que el acceso no puede ser más fácil y cómodo.
Necrópolis de la Peña de San Clemente y Torre de los Bonifaz
Cambiamos de tercio, pero no de valle, para conocer la longeva historia de estas tierras en las que se originó la primitiva Castilla. Un inmenso legado que cobra vida en numerosos eremitorios y necrópolis, y en torres defensivas que recortan el cielo burgalés para recordarnos que aquí también se libraron importantes batallas.
Necrópolis de la Peña de San Clemente
En cuanto a los yacimientos arqueológicos, te recomiendo visitar la necrópolis de la Peña de San Clemente. Por dos razones. Porque este asentamiento de época altomedieval conserva 40 tumbas antropomorfas de diferentes tamaños, y porque su emplazamiento, en la cumbre de un cerro, nos regala una impresionante panorámica de todo el valle. Para acceder a este enclave solo tienes que seguir el sendero que parte de la iglesia de Quintana María.
Torre de los Bonifaz
Muy cerca de aquí, a menos de 3 kilómetros, se alza la Torre de los Bonifaz. Una fortaleza rectangular del siglo XV, declarada Bien de Interés Cultural que, lamentablemente, solo conserva sus muros exteriores. También ostenta este título la torre gótica de los Salazar de Quintana Martín Galíndez que cuenta, además, con un palacete.
Herrán y el desfiladero del río Purón
Lanzarte a descubrir las zonas rurales más desconocidas de nuestro país tiene grandes recompensas. Un claro ejemplo es el Valle de Tobalina que ahora nos ocupa. Buena parte de su territorio se halla dentro del Parque Natural de Montes Obarenes-San Zadornil y cuenta con un puñado de encantadores pueblecitos como el ya mencionado Quintana María, Ranedo o Herrán, nuestro próximo destino en esta ruta por los lugares más sorprendentes que ver en el norte de Burgos. ¿Por qué Herrán? Porque es una delicia pasear por las calles empedradas de esta localidad que conserva su estructura medieval, bellos ejemplos de arquitectura popular y casas solariegas de los siglos XVII y XVIII.
Herrán, un pequeño pueblo burgalés que debes visitar
Tras visitar el caserío, podrás descubrir otra maravilla natural de Castilla y León: el desfiladero del río Purón. Esta imponente garganta, tallada durante siglos por la erosión, atraviesa la Sierra de Árcena dejando a su paso cascadas, eremitorios excavados en la roca y rutas que merecen ser transitadas.
El desfiladero del río Purón, un paraíso para los amantes del senderismo
Si te animas a recorrerlo, deberás seguir el sendero SLC-BU 103 que parte del aparcamiento de Herrán. Un recorrido circular de 7,8 km y de dificultad media que podrás completar en dos horas y media aproximadamente.
Embalse de Sobrón
De vuelta a la carretera, la ruta nos conduce a una nueva cita con el agua, la del Ebro, y a otro desfiladero, el de Sobrón, donde confluyen las Sierras de Árcena y Pancorbo, y Burgos le tiende la mano a Álava.
Embalse de Sobrón, un must de esta ruta por el norte de Burgos
Para disfrutar de los paisajes de este valioso entorno forestal, se impone hacer un alto en el camino en la orilla burgalesa del embalse de Sobrón, una presa que se construyó para refrigerar la ya desmantelada central nuclear de Garoña, y que ahora es un atractivo más del norte de la provincia. En concreto, en el embarcadero del Valle de Tobalina que está situado a la altura de San Martín de Don. ¿Desconexión asegurada? Exacto.
Valpuesta
Dejamos atrás las fértiles tierras del Valle de Tobalina, para poner rumbo a nuestro próximo destino: Valpuesta. Un pequeño y pintoresco pueblecito, de apenas 20 habitantes, enclavado en los Montes Obarenes, que, según los últimos estudios, es la auténtica cuna del castellano. Las pruebas hay que buscarlas en su imponente Colegiata de Santa María donde se hallaron los Cartularios de Valpuesta. Un conjunto de documentos que incluyen términos en castellano anteriores a las glosas de Santo Domingo de Silos y de San Millán de la Cogolla. Otra de las inesperadas sorpresas que nos regala esta escapada al norte de Burgos.
Colegiata de Valpuesta
Metrópoli Verde
A sólo 10 kilómetros de Valpuesta, un enorme oasis verde reclama nuestra presencia. Es laMetrópoli Verde, un bosque de bosques de 2.400 hectáreas en el que conviven pinos, abetos, tejos, secuoyas, castaños, hayas, sabinas, robles… Hasta 35 especies de árboles se dan cita en el llamado Nueva York de los bosques, un singular mosaico vegetal que tiene en su privilegiada ubicación, en la frontera entre la región atlántica y mediterránea, su razón de ser.
¿Secuoyas en Burgos? Sorprendente, pero cierto
Explorar por tu cuenta, con una visita guiada o siguiendo las indicaciones de la guía de viaje que podrás comprar en el centro de información de la Casa de San Zadornil (Ctra. de Arroyo s/n). Tú decides cómo disfrutar de la increíble biodiversidad de este fragmento del Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil que se vertebra en una sencilla ruta circular de 12 km.
San Pantaleón de Losa
En este listado de imprescindibles que ver en el norte de la provincia de Burgos ocupa un lugar destacado la ermita de San Pantaleón de Losa, un magnífico ejemplo del románico burgalés que se alza en uno de los paisajes más icónicos de Las Merindades. Lo comprobarás desde la carretera, cuando divises su silueta en lo alto de una peña que se asemeja a la proa de un barco.
San Pantaleón de Losa
Tras este stendhalazo en toda regla, deberás subir caminando para apreciar la peculiar iconografía que decora esta ermita vinculada a la leyenda del Santo Grial y a la Orden del Temple, y la belleza de este enigmático lugar que nos brinda, además, una fantástica panorámica del valle de Losa.
Frías
Dicen que Frías es uno de los pueblos más bonitos de Burgos y seguramente sea así, aunque ostente el título de la ciudad más pequeña de España. Su envidiable ubicación, a orillas del Ebro y encaramado en lo alto de un cerro que despunta a los pies de los Montes Obarenes, es solo el anticipo de lo que está por llegar. Y sí, es probable que su magnífica estampa te recuerde a Albarracín, otro sueño medieval, pero con sello aragonés.
El impresionante puente fortificado de Frías
El viaje al pasado que nos propone Frías discurre en un espectacular conjunto monumental que ha sabido preservar su esencia. Entre calles estrechas que nos devuelven al medievo, casas colgadas de toba y madera, y un castillo roquero, el de los Duques de Frías, que corona el peñasco en el que se asienta. Y, cómo no, en la armonía irregular de su puente de origen romano sobre el Ebro. Allí donde desearás parar el tiempo para disfrutar de uno de los atardeceres más hipnóticos del norte de Burgos.
Por cierto, Frías, Poza de la Sal y Oña forman la mancomunidad Raíces de Castilla que pone en valor las señas de identidad que comparten estas tres localidades: el entorno natural, el patrimonio cultural y su trazado medieval.
Tobera
Otro ejemplo de los bellos rincones que la naturaleza y el patrimonio forjan en el norte burgalés es la vecina localidad de Tobera. Un pueblo de cuento que rezuma paz y sosiego con dos grandes atractivos. El primero, el fotogénico conjunto que forman la ermita gótica de Nuestra Señora de la Hoz (s XIII), el humilladero del Santo Cristo y el puente medieval que salva el río Molinar donde resuenan los pasos de los peregrinos.
Cascadas de Tobera
El segundo, el Paseo del Molinar. Una sencilla ruta, de apenas un kilómetro, que parte de la ermita y baja hasta el pueblo siguiendo el curso del río entre hermosas cascadas, pozas y miradores para contemplarlas. Decir bonito es quedarse muy corto.
Poza de la Sal
La última cita de este recorrido por el norte de Burgos nos conduce a Poza de la Sal. Conocida como el balcón de La Bureba, esta bonita villa medieval, en la que nació Félix Rodríguez de la Fuente, cuenta con un escalonado y laberíntico caserío que despliega sus alas a los pies del castillo.
Callejea por su denso entramado urbano cercado por la muralla, cruza la puerta del Conjuradero, detente en la plaza Vieja que Delibes plasmó en El disputado voto del señor Cayo, contempla su arquitectura tradicional, acércate a ver los antiguos lavaderos… Sin prisa, porque estás ante un Conjunto Histórico-Artístico impresionante.
Poza de la Sal
Como su nombre indica, la historia de Poza de la Sal va ligada a sus salinas. En su día fueron las más importantes del norte de España y, como descubrirás visitando su centro de interpretación, su origen se halla en un curioso fenómeno geológico llamado diapiro. Para observarlo a cielo abierto deberás subir al castillo de los Rojas, una fortaleza emplazada en la cima de un macizo rocoso, desde la que se divisa una colosal panorámica del pueblo y del valle de La Bureba. ¿El mejor colofón a esta ruta? Sin duda.
Auténticas perlas naturales, un espacio verde y diverso forjado por el agua, pequeñas e idílicas localidades rurales… Ahora que ya sabes todo lo que tienes que ver en el norte de Burgos, ¿para cuándo una escapada a esta sorprendente provincia? La que firma ya está deseando volver.
Dónde dormir en esta escapada por el norte de Burgos
Durante mi estancia en el norte de la provincia de Burgos me alojé en el Hotel Rural El Molinar, un acogedor establecimiento de gestión familiar situado en Ranera, en pleno Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil. Habitaciones confortables, restaurante y cafetería, mucha paz, atento servicio y muy cerca de los atractivos que incluye esta ruta. No se puede pedir más.
Hotel Rural El Molinar
Mapa de la ruta por el norte burgalés
Para ayudarte a planificar tu visita, aquí tienes un mapa con la ubicación de estos destacados lugares del norte de la provincia de Burgos. ¡Buen viaje!
Este viaje ha sido posible gracias a Turismo de Burgos. Toda la información ofrecida y mis opiniones están basadas en mi experiencia. Puedes ver cómo fue mi viaje en tiempo real en las historias destacadas de mi cuenta de Instagram.
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional
Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos.El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu Proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.