Plantearse qué ver y hacer en Dublín es una pregunta fácil de extensa respuesta. Dublín es sinónimo de pintas en el Temple Bar, de irish breakfast, de Joyce, U2 y Molly Malone, de cielos plomizos, lluvia e inesperados rayos de sol, de paseos por el Liffey, de instituciones culturales… Es el feudo del craic y de las buenas vibraciones que revolotean sobre un mestizaje de razas y credos que la historia convirtió en la capital de la República de Irlanda.
No hay excusa para no lanzarse a conocer a esta señorita alegre, cultureta y musical que reina con su atractiva personalidad en la isla Esmeralda. Los vuelos low cost la hacen accesible, su manejable tamaño no roba más de un fin de semana y quien la visita repite. ¿Tendrá algo que ver el afable carácter de los dublineses? Suena a tópico, lo sé. Siéntate con ellos alrededor de una Guinness y a la vuelta me cuentas.
Mientras tanto, acompáñame en este recorrido en el que te muestro qué ver y hacer en Dublín.
Índice de contenidos
- 1 Dublin Pass y Dublin Bus Tour: dos tips para planificar tu visita
- 2 ¿Qué ropa debo llevar en la maleta?
- 3 Qué ver y hacer en Dublín: The Temple Bar
- 4 Qué ver en Dublín: Trinity College y el Libro de Kells
- 5 Guinness Storehouse, una cita imprescindible en Dublín
- 6 Guinness Open Gate Brewery de Dublín: un imprescindible para los entusiastas de Guinness
- 7 Kilmainham Gaol
- 8 Old Jameson Distillery
- 9 Saint Patrick’s Cathedral
- 10 Christ Church Cathedral
- 11 The National Gallery of Ireland
- 12 Dublin Castle
- 13 Chester Beatty Library
- 14 Dublín en verde: Saint Stephen’s Green, Merrion Square y Phoenix Park
- 15 Qué ver en Dublín: Grafton Street y O’Connell Street
- 16 El río Liffey
- 17 Qué ver en Dublín: Los Docklands
- 18 Las mejores excursiones en Dublín y alrededores en español
- 19 Más artículos para preparar tu viaje a Irlanda
Dublin Pass y Dublin Bus Tour: dos tips para planificar tu visita
Para no perderte lo mejor de Dublín, una buena opción es adquirir la tarjeta turística Dublin Pass con la que podrás entrar en sus principales puntos de interés. Con ella no solo ahorrarás dinero, también tiempo evitando las colas en lugares como la Guinness Storehouse, la cárcel Kilmainham o Dublinia.
A pesar de ser una ciudad muy cómoda para recorrerla a pie, si te gusta que te lo den todo hecho, el Dublin Bus Tour es tu mejor opción. Esta compañía de autobuses verdes cuenta con dos líneas que te dejarán en la puerta de las principales atracciones de la ciudad. Muy recomendable si quieres visitar enclaves más alejados del centro como la cárcel de Kilmainham, el Phoenix Park o la zona de los Docklands.
¿Qué ropa debo llevar en la maleta?
Llénala de «por si». Por si llueve, por si luce el sol, por si hace frío… En Dublín es normal pasar por las cuatro estaciones del año en un solo día así que lo mejor es vestirse en plan cebolla e ir quitándote capas en función de la cambiante climatología local. Sobre todo, no dejes que los cielos grises y la lluvia minen tu moral. Es su estado natural y forma parte de su encanto. O como dicen los dublineses: si no te gusta el tiempo, espera diez minutos.
Ahora sí. Empezamos con las visitas imprescindibles y los mejores planes que he seleccionado para fotografiarte esta vibrante ciudad palmo a palmo.
Qué ver y hacer en Dublín: The Temple Bar
No podrás decir que has estado en Dublín si no te dejas caer por las adoquinadas calles del Temple Bar, el barrio más animado y divertido de la ciudad. El sanctasanctórum de los devotos de la cerveza y de la música tradicional. Un enjambre de pubs que discurre entre el río Liffey y Dame Street encerrando en su seno el alma de Dublín cada noche. Lucharás por hacerte un hueco frente al escenario del propio Temple Bar, parada más que obligada desde 1840, huyendo de las hordas de turistas que solo entran a hacerse la foto. Tú sabes más que ellos así que lograrás encontrar tu espacio para disfrutar de una actuación en directo. Otra opción: tómate un tradicional estofado irlandés (irish stew) en del Oliver St. John Gogarty, al lado del busto del poeta que le brinda su nombre.
Según Leopold Bloom, el protagonista del Ulises de Joyce, cruzar Dublín sin pasar frente a una barra sería un buen rompecabezas.. Por si te sirve de ayuda, teniendo en cuenta que hay más de 1000 a ambos lados del río, en su día elaboré una ruta de pubs con mis 10 recomendaciones.
Pero el Temple Bar no es solo el olimpo de los noctámbulos y de los músicos callejeros que se adueñan de cualquier rincón. La zona vieja de Dublín, el lugar en el que los vikingos se establecieron en el 795 d. C., cuenta con una potente oferta cultural en la que no faltan galerías de arte, teatros, salas de cine, estudios… ¿Tres propuestas? El Irish Film Institute, la National Photographic Archive and Gallery y sus mercadillos del sábado. Para gourmets en busca de productos ecológicos, el Food Market (Meeting House Square), libros de segunda mano y vinilos en el Book Market (Temple Bar Square), y diseños y artesanías locales en el Designer Mart (Cow’s Lane).
CONSEJO VIAJERO → ¿Qué hacer en Dublín? Realizar un tour nocturno en español por el Temple Bar con cata de cervezas para descubrir los mejores pubs de Dublín y conocer sus historias y leyendas.
Qué ver en Dublín: Trinity College y el Libro de Kells
Pasear por su enorme campus, respirar el ambiente estudiantil que vivieron personajes como Oscar Wilde, Bram Stoker o Jonathan Swift, visitar su magnífica biblioteca y admirar el Libro de Kells -un valiosísimo manuscrito escrito alrededor del 800 d.C. por monjes irlandeses- son motivos más que suficientes para visitar el Trinity College. La universidad más antigua de Irlanda fundada en 1592 por la Reina Isabel I.
Ni recuerdo el tiempo que pasé en la sala principal de la antigua biblioteca, la famosa Long Room, buscando qué nombres esconden los bustos de mármol que la custodian, fijándome en cada detalle de sus viejas estanterías y empapándome del olor a madera. No sé si será una de las bibliotecas más bellas del mundo pero realmente es impresionante. Sin duda, un imprescindible en este listado sobre qué ver y hacer en Dublín.

- CONSEJO VIAJERO → No viajes sin seguro
Tu seguridad y tranquilidad es lo primero, así que, si vas a viajar a Dublín, haz como yo y contrata un seguro de viajes con Chapka. Para estancias inferiores a 90 días, te recomiendo el Cap Trip Plus por sus amplias coberturas. Además, si lo contratas a través de mi web, obtendrás un 7% de descuento usando el código OBJETIVOVIAJAR. No lo dudes, contrata aquí tu seguro de viajes y disfruta de una aventura asegurada.
Guinness Storehouse, una cita imprescindible en Dublín
Sin duda, uno de los platos fuertes de cualquier itinerario que englobe qué ver y hacer en Dublín es la Guinness Storehouse. Este templo para los amantes de la cerveza, situado en el complejo de la mítica fábrica Saint James’s Gate, es para muchos la principal atracción turística de la ciudad. Una gigante pinta de Guinness distribuida en siete plantas que recorre la historia de la cerveza negra más famosa de Irlanda y cuya visita concluye en el famosísimo Gravity Bar degustando una cremosa pinta y contemplando una espectacular panorámica de la ciudad desde sus cristaleras. 360 grados de vistas.
CONSEJO VIAJERO → Si tu nivel de inglés no es muy alto y no quieres perderte ni un detalle a la hora de visitar la Guinness Storehouse, te recomiendo que contrates una visita guiada en español. Te va a costar lo mismo que la entrada en taquilla, no tendrás que hacer cola e incluye también una pinta o un refresco en el Gravity Bar. Tras hacer la reserva recibirás un bono de confirmación que podrás imprimir o llevar en tu móvil.
Guinness Open Gate Brewery de Dublín: un imprescindible para los entusiastas de Guinness
Si eres un auténtico fan de la espuma, del sabor y de una buena charla entre amigos pinta en mano, incluye en tu agenda la visita a la Guinness Open Gate Brewery. En esta cervecería que ha abierto sus puertas recientemente podrás probar las últimas creaciones de la marca. De los barriles al vaso y en primicia.

¿De qué tipo de cervezas estamos hablando? Pues de ediciones especiales y, por supuesto, de tres imprescindibles: la Guinness Draught -la más famosa y vendida-, la Hop House 13 -lager dorada con sabor afrutado, y la Pure Brew Lager (sin alcohol).
Lo mejor es que podrás hacer tu cata personalizada en compañía de los maestros cerveceros que las han creado y que resolverán todas tus dudas sobre el proceso de elaboración: el tipo de malta, la escala de lúpulo, los ingredientes utilizados…
No lo dudes. Reservar tu entrada online -son solo 9€-, y disfruta de una de las experiencias más auténticas que puedes vivir en Dublín. ¿Dónde? En James’s Street, justo al lado de la Guinness Storehouse. Sláinte!
Kilmainham Gaol
La visita a Kilmainham Gaol, la cárcel de Dublín, es un imprescindible con mayúsculas para conocer el pasado de Irlanda. Un recorrido guiado que no deja indiferente ya que sus muros fueron la última morada de muchos nacionalistas irlandeses que lucharon por alcanzar la libertad frente al gobierno británico.
La atmósfera que se respira en el gélido testigo de los episodios más trágicos del nacimiento de Irlanda es asfixiante, los relatos, escalofriantes. Corredores, galerías, celdas selladas con infranqueables candados, patios que sirvieron de escenario a las ejecuciones y un museo que profundiza en el conflicto irlandés y nos da una visión más amplia sobre la historia política y penal de esta prisión. Pon esta visita en las primeras posiciones de qué ver y hacer en Dublín.
Old Jameson Distillery
Agua, cebada, levadura y un toque de magia. Si quieres conocer todos los entresijos del proceso artesanal de elaboración de un buen whisky irlandés, tienes una cita en Bow Street. Allí te espera The Old Jameson Distillery, fundada por John Jameson en 1780. Audiovisual introductorio, amena visita guiada por el museo y cata final. Menos masificada que la Guinness Storehouse y, en mi opinión, más auténtica. ¿Un dicho popular? Dios inventó el alcohol para que los irlandeses no dominaran el mundo.
Saint Patrick’s Cathedral
La Catedral de San Patricio, dedicada al patrono de Irlanda, es uno de los pocos edificios que quedan del Dublín medieval. Esta Catedral, la más grande del país, alberga tesoros como el coro -decorado con los estandartes de los Caballeros de San Patricio-, obras de Roubiliac, Rysbrack y Nollekens, la tumba de Jonathan Swift – autor de Los viajes de Gulliver-, y la estatua de San Patricio con las manos alzadas en señal de bienvenida. Tras contemplar su belleza gótica, siéntate en uno de los bancos del parque que está junto a ella para ser consciente de su potente factura exterior. Cuentan que fue aquí dónde San Patricio bautizaba a los paganos para convertirles al cristianismo. Precio de la entrada: 6€.
Christ Church Cathedral
Otro emblema de la arquitectura irlandesa de la Edad Media es la Christ Church Cathedral. Muchos viajeros suelen pasarla por alto por aquello de que vista una catedral, vistas todas. Tremendo error. Es la más antigua de la ciudad y su cripta, con sus gruesas columnas de piedra, una de las más grandes de Gran Bretaña e Irlanda. Olvídate del gato y la rata que quedaron atrapados en el órgano allá por 1860 y céntrate en el resto. Precio de la entrada: 6€.
The National Gallery of Ireland
Un estupendo alto en el camino de carácter cultural y además gratuito. Pinturas de los principales maestros holandeses, obras de Picasso, Monet, Goya, Murillo, destacadas muestras del barroco italiano, acuarelas, dibujos, grabados, esculturas… Más de 12.000 obras de arte se dan cita en esta galería que podrás recorrer con un servicio de audioguía. Una sugerencia muy personal: relájate unos instantes tomando algo en su Gallery Café. No encontrarás un lugar más tranquilo en todo Dublín para hacerlo.
Dublin Castle
Aunque su fisonomía apenas recuerde la de un castillo, ya que salvo por la torre medieval – The Record Tower- y los restos de las originales murallas, se difumina con el resto de edificios que lo abrazan, el Dublin Castle fue en su día el principal testigo de la historia de esta ciudad. Desde su construcción, en el siglo XIII, ha sido un asentamiento vikingo, fortaleza militar, prisión, tesorería… El precio de la visita guiada (50 minutos de duración) es de 8,50€
Chester Beatty Library
Otro magnífico bastión cultural es la Chester Beatty Library, un inagotable compendio de tesoros artísticos que recoge en forma de manuscritos, grabados, miniaturas y libros antiguos el legado de las grandes culturas y religiones del mundo. Y todo gracias a Sir Alfred Chester Beatty, un magnate americano que donó toda su colección a la ciudad de Dublín. Entrada gratuita.
Dublín en verde: Saint Stephen’s Green, Merrion Square y Phoenix Park
Si te gusta la naturaleza, tienes una cita en Saint Stephen’s Green, mi parque favorito. De estilo victoriano, céntrico y cargado de encanto, es el lugar al que acuden los dublineses para darse un respiro, almorzar y desconectar del ritmo trepidante que reina en las calles que lo rodean. Paseos arbolados, estanques con cisnes y patos, fuentes, esculturas…. Nueve hectáreas de manto verde en las que desearías que el reloj se detuviera.
Algo parecido ocurre con su hermano pequeño, el elegante y georgiano Merrion Square Park, que a diario ve desfilar a decenas de turistas que hacen cola para inmortalizarse junto a la escultura de Oscar Wilde, su vecino más ilustre. Fíjate en la colección de farolas que hallarás a tu paso, son las que alumbraron el Dublín del siglo XIX.
He dejado para el final el Phoenix Park, el verdadero pulmón verde de Dublín. Con más de 700 hectáreas de extensión, está considerado el mayor parque urbano de Europa y alberga el Zoo así como una serie de casas señoriales entre las que destaca la residencia oficial del Presidente de Irlanda. Para recorrerlo y, con algo de suerte, ver alguna familia de ciervos, lo mejor es alquilar una bicicleta a la entrada del parque (2 horas 5€).
Qué ver en Dublín: Grafton Street y O’Connell Street
En Grafton Street, la bulliciosa calle peatonal que sirvió de escenario a la película Once, los músicos callejeros, imitadores y demás aspirantes a estrellas compiten por robar la atención a las tiendas de lujo y comercios de todo tipo que los rodean entre coloridos puestos de flores. No te olvides de saludar a uno de los que lo consiguió, Phil Lynnot, que posa apoyado en su bajo en el cruce con Harry Street. Tras presentarle tus respetos al líder de la mítica banda Thin Lizzy, sería una descortesía no hacer lo propio con Molly Malone. Encontrarás a esta vendedora de mejillones de día, chica alegre de noche, en Suffolk Street, justo delante de la Discover Ireland Tourist Office.
Tampoco puedes abandonar la ciudad sin saludar a James Joyce. Te espera en la otra orilla del río, en North Earl Street, a unos pasos de O’Connell Street, la avenida más importante del norte de Dublín. ¿Ves esa aguja de 120 metros de altura? Se conoce como Spire y por las noche se ilumina su punta a modo de faro sobre el cielo de Dublín.
El río Liffey
Pasear a la vera del río Liffey, la espina dorsal que divide Dublín en dos, es un relajado plan que te permitirá conocer los numerosos puentes que lo salvan. Algunos ejemplos: los dedicados a James Joyce y Samuel Beckett, el Millenium Bridge, O’Connell Bridge y, por supuesto, Ha’penny Bridge. Uno de los grandes símbolos de la ciudad cuyo nombre recuerda el peaje de medio penique que debía pagar todo aquel que quisiera cruzarlo hasta 1919.
Recorrer el cauce de la que fue la puerta de entrada de los vikingos de día vale la pena y de noche se convierte en casi una obligación. Un perfecto punto y final a una jornada descubriendo los mejores rincones de Dublín.
Qué ver en Dublín: Los Docklands
Otro estupendo plan: acércate a la renovada y revitalizada zona de los Docklands. Yo lo hice caminando desde Merrion Square bordeando el Grand Canal Dock. Esta zona del puerto de Dublín es la más moderna y alberga instituciones culturales como el Bord Gáis Energy Theatre o The Design Tower. Esta última es una antigua refinería de azúcar donde se dan cita los mejores artistas irlandeses, y barcos convertidos en cafeterías o galerías.
Para ser sincera, mi objetivo final era peregrinar hasta Windmill Lane, los estudios donde U2 grabaron sus tres primeros álbumes. No los busques, desgraciadamente fueron demolidos hace años y decenas de grafitis dan fe de ello. Recuerdo que, sentada en un banco frente al río, imaginé a unos jóvenes Bono, The Edge y compañía caminando sobre los adoquines rumbo al estudio…. ¿Piel de gallina? Exacto. Para qué negarlo.
Tras estas recomendaciones, solo me queda despedirme con una frase en gaélico que encierra la magia de Dublín: ‘Beidh ceol, caint agus craic againn’. O lo que es lo mismo: tengamos música, charlemos y a pasarlo bien. Con este qué ver y hacer en Dublín espero haber despertado tu curiosidad por una de las ciudad más atractivas que conozco.
Las mejores excursiones en Dublín y alrededores en español
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Excursión a los impresionantes Acantilados de Moher y Galway → Visita uno de los paisajes más impresionantes del país y Galway, una de mis ciudades favoritas.
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Hola puedo ir a Dublín en enero es muy desapacible el tiempo.?
Hola, José. La verdad es que enero es un mes bastante frío (pleno invierno). Pero si algo caracteriza a Dublín es su cambiante clima. En un mismo día tanto te puede llover como salir el sol. Si puedes viajar en primavera, mejor. Un saludo y gracias por pasarte por mi rincón viajero
Hola, llevo 1 año viviendo en Dublín y me ha gustado tu artículo ya que has nombrado bastantes más sitios además de los más turisticos. El único error es que los estudios Windmil Lane no han sido derruidos, siguen en pie pero es muy dificil visitarlos a no ser que estés apuntado en alguno de sus cursos o que estudies alguna carrera relacionada con la música y te presentes a prácticas o te inviten ellos. Gracias
Muchas gracias por tu aportación sobre los estudios, Jimena. Un saludo desde Madrid
¡Hola guapa! Nos viene de perlas este artículo pues en breve (del 3 al 6 de marzo) nos iremos de viaje a Dublín. Estamos tomando nota de todo, todo y todo! Besotes grandes!
¡Qué bien! Seguro que lo pasáis genial en Dublín. A mí es una ciudad que me encanta. ¡Besos!
¡Qué bonito! Las fotos son preciosas. Otro viaje pendiente
Muchas gracias, Rosa. Dublín merece mucho la pena
Me parece una entrada estupenda! Dublín es uno de mis destinos pendientes y leer artículos así hace que me pregunte por qué. Gracias Alicia!!!!
Muchas gracias, Merche. No te lo preguntes y decídete. Dublín no decepciona a nadie. Un saludo
Pues hace tiempo que estuvimos en Dublín, pero apenas, cosa incompresible, escribimos de la ciudad. Hoy al leer tu post hemos cambiado las latitudes de Colombia por las de Irlanda y vuelto a pasear por las calles de Dublín ¡Gracias! Fantástica entrada de una ciudad que nos encantó y de la que tenemos pendiente escribir 🙂
Muchas gracias, viajeros. Dublín tiene una magia increíble. Ya sabéis que sigo vuestras andanzas, ¿verdad? Una abrazo
Una de las ciudades en que más a gusto me he sentido y el mejor fin de año que he vivido. Tengo mucho cariño a Dublín y espero volver por allí pronto para seguir conociendo el país 😀
Dublín en fin de año tiene que ser increíble. Yo solo estuve cuatro días y la verdad es que me supo a poco así que estoy deseando volver. Saludotes 🙂
Es uno de mis viajes pendientes, entre otros muchos claro… Después de leerte, lo pongo el primero de la lista.
Dublín, como toda Irlanda, es imposible que te defraude. Ojalá puedas cumplir muy pronto ese sueño viajero, Elsa. Un saludo
Después de leer el articulo me dan muchas ganas de coger un vuelo directo a Dublín
Si es así, objetivo cumplido. Gracias por pasarte por mi rincón viajero
Alícia, sólo puedo felicitarte, una vez más, por un post tan bien escrito y tan lleno de detalles. No te imaginas las ganas que tengo de volver a Dublín ahora mismo y visitar todos los lugares que mencionas. En algunos ya tuve la suerte de estar, pero fue hace tanto tiempo que sería como redescubrir esta bonita ciudad. Y sobre las cervezas tengo que confesar que apenas probé alguna, creo que de trigo, porque en aquellos tiempos prefería la sidra. Otra razón para volver. 🙂
Muchas gracias, Mauxi. Irlanda es una de mis debilidades y Dublín tiene buena culpa de ello. Yo también volvería ahora mismo. Un abrazo
De Septiembre del 2003 a Diciembre de 2007 viví en Dublín. Después volví a vivir en la ciudad varias veces durante varios meses seguidos y he de decir que este es el post que me hubiera gustado escribir a mí. Muy muy bueno, descriptivo, inspirador y con alma.
Lo único que no le perdono es que con la comida se tomara una rubia en vaso de Guinness. Tsk, tsk, tsk…
Gracias por sus palabras, caballero. Es fácil inspirarse tratándose de Dublín. Respecto a la rubia, ya sabe, nadie es perfecto 😉